Los futbolistas son diferentes

Leo que el futbolista del Real Madrid Sergio Ramos ha dado positivo por Covid-19. Hace unos días le precedió su compañero Varane. Y, antes, otros jugadores de diferentes equipos, que se han quedado un tiempo sin jugar.

Son noticias que me tienen asombrado. No porque hayan contraído el virus –sí, también ellos son humanos–, sino porque me cuesta mucho entender la razón por la que no están confinados los demás integrantes de los equipos de los afectados. ¿Acaso no son contactos estrechos? ¿Acaso no dice el protocolo que en caso de ser contacto estrecho debes confinarte en casa durante diez días, aunque des negativo en los test? Alguien debería explicarnos por qué el resto de los mortales debemos guardar esta cuarentena y los futbolistas, no.

Conozco casos, algunos de ellos sanitarios y otros pertenecientes a eso que un día se llamó trabajadores esenciales, que han tenido que dejar de trabajar o hacerlo telemáticamente para cumplir una normativa que, entiendo, va en beneficio de todos, pues de lo que se trata es de no favorecer la proliferación de los contagios. Debe de ser que en este país al fin y al cabo no todos somos tan iguales ante la ley. O que el todopoderoso fútbol, el nuevo opio del pueblo, no puede parar, no vaya a ser que a la gente, sin esta distracción, le vaya a dar por pensar. ¡Qué peligro!