Los 'otros' refugiados

El alud de imágenes que nos inundan desde hace semanas de familias enteras que huyen del drama de la guerra ha encogido nuestros corazones. De la noche a la mañana, nos hemos vuelto más solidarios que nunca, poniendo en práctica un ejercicio de empatía y compasión por unas personas que intentan dejar bien lejos el terror para iniciar una nueva vida. Sinceramente, me alegro de que la guerra de Siria haya servido para que en muchos de nosotros se despierte nuestra cara más solidaria, al margen del triste espectáculo que están dando los Estados miembros de la Unión de Europea, discutiendo cómo se reparten estos refugiados y reduciéndolos a simples cuotas numéricas.

Me resulta curioso que este ‘subidón’ de solidaridad llegue ahora, cuando llevamos años y años viendo cómo muchos inmigrantes se dejan la vida en las pateras o son tratados como animales porque quieren saltar la valla de Melilla. Nos resulta mucho más fácil empatizar con aquellos que están sufriendo el drama de la guerra pero son arquitectos, médicos o ingenieros. En cambio, nos cuesta la vida ponernos en la piel de los que no tienen nada e intentan alcanzar el paraíso del primer mundo para salir de la pobreza. ¿ Por qué nos indignamos con lo que está pasando en Hungría con los refugiados sirios y, en cambio, giramos la cara ante las injusticias que tienen que sufrir los ‘otros’ refugiados víctimas de la pobreza? Todos necesitan la ayuda de Europa, sin distinguirlos por su clase social o formación profesional. ¿O no son todos seres humanos?