Los recortes matan

26 noviembre 2020 09:30 | Actualizado a 26 noviembre 2020 09:44
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Hace unos cuantos años apareció un eslogan escrito en pegatinas, carteles, pancartas y también se oía en reuniones y asambleas, venía a decir que a la larga se pagaría lo que se estaba haciendo con la Sanidad Pública. Ahora nadie pone en duda lo que se decía tiempo atrás. Los recortes en los presupuestos sanitarios y la privatización encubierta han perjudicado mucho a las personas, a la ciudadanía, al estado del bienestar y nos está llevando a la desconfianza del sistema en el que nos hallamos inmersos.

No quiero ser alarmista. En mi anterior escrito llamaba a la esperanza y es lo que quiero que todos sigan creyendo, que esta pesadilla tiene fecha de caducidad. Pero hay que ser realista y poner en alerta a los contribuyentes para reflexionar sobre el panorama que nos han dejado los diferentes gobiernos, tanto centrales como autonómicos. En este triste momento de crisis sanitaria producida por el virus SARS-Cov2 y la enfermedad producida, la denominada Covid-19, nos damos cuenta de lo necesaria que es una potente sanidad para poder competir con todo aquello que altere nuestra salud, la de los animales que nos rodean y del medio ambiente tan necesario para podernos desarrollar en perfectas condiciones. Es en estos momentos cuando la verdad de lo que disponemos en recursos sanitarios aparece en nuestras vidas y somos conscientes de lo que tenemos, de lo que podríamos haber tenido, de lo que nos prometieron y en la larga lista de necesidades que se van poniendo a nuestro servicio como parches según vengan las olas. Y cuando desaparezca el tsunami nos encontraremos igual o peor que cuando empezó, pues lo propio de nuestro país.

La nefasta gestión de la Sanidad Pública por unos políticos incompetentes nos ha llevado a lo que estamos viendo y sufriendo. Ahora debemos poner una desmesurada cantidad de millones de euros, que si se hubiera planificado como correspondía, se hubiera escuchado las quejas de los sanitarios, se hubiera pensado en el bien social, ahora otro gallo nos cantaría. Lo lamentable es que no se hallarán a los culpables y sus políticas de amiguismo habrán prescrito. El deterioro que estaban sufriendo los centros de salud, los hospitales y sobretodo, lo recaído sobre el personal sanitario, es de juzgado de guardia. Hecho que no se va a producir ya que la gente está aletargada. Antes por el pasotismo o no tener que necesitar de la sanidad y ahora por el virus y sus tremendas consecuencias que van a ser tan tremendas que nos impedirán movernos por mucho tiempo. La nueva normalidad va a cambiar mucho el comportamiento de nuestra sociedad.

Los defensores de la Sanidad Pública ya estaban alertando desde hace tiempo que esto no iba por buen camino. El deterioro de lo público en beneficio de lo privado y las ganancias que se obtenían, era un hecho palpable. Nos engañaron como a niños, los políticos y sus políticas tuvieron el mismo resultado cual trileros que son, beneficios para el que mueve las cartas y sus compinches. Me recuerda el chiste de los dos políticos que al final uno invita al otro a su caserón y preguntado cómo lo hacen los políticos españoles para tener un nivel de vida tan alto, a lo que le responde el preguntado, ¿ves aquella autopista?, y le contesta ¿donde?

Dejando las promesas de nuevas estructuras, que ya se han mencionado demasiadas veces y yendo a hablar del personal sanitario, salió hace poco en este mismo medio de comunicación que a falta de médicos y enfermeras, se iban a «contratar» estudiantes del último curso. Bien sabemos la razón de la falta de este personal cualificado, no es por falta de facultades que cada año gradúan a los necesarios, es por las condiciones laborales a las que están sometidos y prefieren pasar las fronteras donde son bien acogidos, bien tratados y bien remunerados. Y uno piensa lo que se ha gastado el Estado en su formación, que la van a aprovechar otros. A colación de tan magna felonía muchos piensan ¿menuda barbaridad? contratar a no graduados, sin la titulación pertinente según manda la ley. Para más inri, también pretenden que en las farmacias se realicen pruebas diagnósticas y que estos comercios dispongan del historial médico de los pacientes. Digo yo ¿y los hospitales que tenían que hacer para esta pandemia, donde han ido a parar?, al igual ha pasado como con la autopista que hemos mencionado con anterioridad. Podrían ser los lugares idóneos para realizar estas pruebas, ya que sobre el papel se construían específicamente para la pandemia.

Es la situación que han generado los mandamases de la sanidad, ellos que dicen que están velando por lo más preciado, la salud de los ciudadanos. Una cascada mayúscula de despropósitos. Para que me entiendan mejor pongo un ejemplo fácil de entender ¿qué les parecería si en vez de jueces y abogados togados la justicia estuviera en manos de aprendices? Cuando uno se juega su libertad o su justicia, quiere lo justo y no dejarlo en manos de personas que todavía no dominan las leyes. Pues lo mismo debería ser con la vida.

Los sanitarios no pretenden nada más que ejercer correctamente sus profesiones, con dignidad y medios. No quieren incompetentes, trileros, mentirosos que los dirijan. Quieren mejor que aplausos…recursos.

Emilio Mayayo: Catedrático de Patología en la URV. Doctor en Medicina por la Universitat de Barcelona (1987). Exjefe de la Sección de Patología del Hospital Joan XXIII de Tarragona. Coordinador de la sección de Patología Infecciosa de la Sociedad
Española de Anatomía Patológica (SEAP). Exvicepresidente de la Acadèmia de Ciències Mèdiques de Tarragona.

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