Madres de alquiler

Un informe alerta de la presión que sufren las mujeres que gestan por encargo

19 mayo 2017 19:40 | Actualizado a 21 mayo 2017 20:34
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Se considera madre natural a la mujer que concibe y cobija en su seno al hijo durante el embarazo. Pero también se considera social y legalmente como madre a la mujer que ejerce las funciones propias de la maternidad tras un proceso de adopción, debiendo la madre natural, si es conocida, otorgar el consentimiento para dar a su hijo en adopción, no antes de que pasen varias semanas de reflexión desde el nacimiento.

El debate sobre la maternidad de alquiler es actualmente de ámbito mundial. Se puede contratar una madre sustitutiva por cantidades que van desde los 35.000 euros en Estados Unidos hasta los 7.000 en India, donde hay centros controlando a miles de mujeres que gestan fetos por encargos procedentes de países ricos que permiten este tráfico.

Los problemas éticos y legales que se suscitan son complejos y están generando serias dudas allí donde se discute su introducción. En Suiza, por ejemplo, el gobierno tiene estos días sobre la mesa un informe muy crítico contrario a la regulación, donde se llama la atención sobre la presión que reciben las mujeres que gestan por encargo, ya sea de forma remunerada o altruista.

Lo cierto es que la casuística internacional de litigios ya empieza a ser florida: gestantes que rechazan el aborto exigido por los padres legales cuando conocen que hay una posible malformación; madres que intentan revocar el contrato porque se niegan a entregar al niño gestado; ruptura de la pareja que ha hecho el encargo y que ya no aceptan el hijo que se queda en el limbo de la sociedad. Las enrevesadas y rocambolescas situaciones que se están produciendo superan la ficción y son fuente de inspiración para guiones cinematográficos.

El común denominador de la maternidad por sustitución es una mujer a quien se le retuercen sus derechos, y un hijo que se convierte en una propiedad privada a disposición de quien ha encargado la gestación.

En la República de Platón hay una discusión entre Sócrates y el sofista Trasímaco quien, lleno de escepticismo, defendía que en realidad lo justo es lo que conviene al más fuerte y que, en definitiva, las leyes son un invento de los ricos para mantener dominados a los débiles. Finalmente, Sócrates logra con su poderosa argumentación que prevalezca el respeto por una justicia que sea igual para todos. Sin embargo, al reflexionar sobre las normas legales que regulan la maternidad subrogada se puede pensar que Trasímaco no iba tan desencaminado.

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