Incluso quienes hemos denunciado tantas veces el victimismo inaugurado por Pujol y potenciado con tanto entusiasmo por Mas y Puigdemont, quedamos confusos cuando el Gobierno actúa como ahora con Jordi Jané.
El conseller de Interior tuvo una larga experiencia en el Congreso, posee una formación jurídica reacia a defender la ilegalidad, y encima tiene un carácter fácil para la amistad incluso con sus adversarios. Con este palmarés no es raro que la CUP le tenga en el punto de mira; lo raro es que también el Gobierno.El ministro de Hacienda quiere recortar a 50 la convocatoria de 500 plazas de Mossos d’Esquadra, cuando la amenaza terrorista ha puesto la alerta en el nivel 4 sobre 5. La Junta de Seguretat de Catalunya lleva ocho años sin convocarse, y el ministro Zoido no le contesta los mensajes ni las llamadas desde hace diez días. ¿Cómo entender una actitud tan torpe y maleducada?