Antes del 27 de septiembre Artur Mas tendrá que decir cómo se leerán los resultados. Hace un tiempo dijo que la independencia debe alcanzarse con una mayoría clara y que no es posible con un porcentaje de 51 contra el 49. Supongo que ya habrá olvidado aquellas palabras y que ahora afina la balanza y la considerará ganada con un voto de diferencia.
Por cierto, será la primera vez que los partidos que quieren la independencia lo digan claramente, pues CiU se presentó a las elecciones del 2012 con el ambiguo «dret a decidir».
Artur Mas dijo también, en su conferencia de noviembre, cuando invocaba una lista única, que si hay listas separadas y varios puntos programáticos de cada partido, incluso contradictorios, el mundo no reconocerá el resultado porque «no se sabrá lo que la gente ha votado».
Supongo que también habrá olvidado estas palabras. Mejor dicho: confía en que las olvidemos los demás.