Meditaciones para el Ayuntamiento

19 mayo 2017 16:51 | Actualizado a 19 mayo 2017 16:51
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En cierta ocasión preguntaron al maestro Confucio: ¿Qué opinión le merece el que devuelve bien por mal? El maestro respondió: si devolvemos bien por mal, ¿cómo corresponderemos el bien? El bien ha de pagarse con el bien, pero el mal debe ser respondido con la justicia.

Los humanos podemos actuar –y de hecho actuamos– en un sentido o en otro, hacia lo bueno o lo malo, hacia lo que conviene o lo que no conviene. O sea, los humanos hacemos el bien o el mal según nuestra elección, preferencia o capricho, es lo que se ha llamado libre albedrío.

«Generoso no es el que tiene puesta su mirada en la compensación, sino el que hace bien por su propia elección».

Decía Demócrito que el bien está asociado a la voluntad, la cual tiene que estar guiada por la razón, porque de lo contrario la voluntad tenderá al impulso de los deseos, más asociada a una conducta animal que humana.

Tanto el bien como la justicia son una práctica del deber. La justicia constituye la igualdad haciendo el bien, o sea dando a cada uno lo que le corresponde, y la justicia conserva la igualdad ya constituida evitando el mal, o sea no haciendo ningún daño al prójimo.

Señores de este, nuestro Ayuntamiento, son buenos días para meditar sus actuaciones.

Francisco Hidalgo

(Tarragona)

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