Menosprecio al Concurs de Focs

El Concurs de Focs Artificials cumple 25 ediciones. Una efeméride exclusiva, a la que pocas iniciativas logran llegar. Menos aún manteniendo tal nivel de interés:estos días la Platja del Miracle, el paseo y en general todo rincón desde el que los fuegos son visibles están abarrotados como en las mejores épocas del certamen. Con sus detractores, claro, pues los fuegos no tienen por qué gustar a todos. Pero su masiva popularidad es incontestable.

Sin embargo, que el Concurs alcanzase sus bodas de plata no ha importado a su organizador, el Ayuntamiento, que todo lo que ha organizado ha sido un simple brindis, el pasado martes en el Passeig de les Palmeres, al que acudieron apenas 15 personas y al que ni siquiera se presentó el alcalde, Josep Fèlix Ballesteros. Es más: del consistorio –que yo reconociera– sólo aparecieron los ediles de CiU y un par del equipo de gobierno socialista. Nadie más.

Y ya está. Con eso se dan por honradas las 25 ediciones (¡25!) de –quizás– el evento más multitudinario que se vive en Tarragona año tras año, y desde luego uno de los que más capitalidad ejerce:de las decenas de miles de espectadores, pregunten cuántos vienen desde Reus, Salou, Valls, o Cambrils o Salomó.

Ya no hablo de haber organizado una edición especial del Concurs, recuperando días de duración y, en consecuencia, prestigio, que es lo que tocaba. Ni siquiera hablo de haber organizado un acto conmemorativo en condiciones, o de haber editado documentales o libros... No. Es que ni siquiera se han dignado, gobierno y oposición, a darle importancia a lo poquísimo –e insuficiente– que se preparó. Una burla.