El 1 de enero de 1930 ‘Le Matin’ envió a su mejor reportero, Joseph Kessel a Abisinia para investigar las rutas de los mercaderes de esclavos.
Viajó tres semanas en barco con un equipo de cuatro personas. La aventura, financiada por el diario parisino, duró seis meses. Se vieron envueltos en guerras tribales, compraron mulas y camellos para atravesar desiertos, hasta dar con traficantes que raptaban pastores y los vendían en mercados de Etiopía, Somalia y Yemen. Sus reportajes fueron anunciados con carteles por las calles de París y ‘Le Matin’ tiró 120.000 ejemplares más.
90 años después, siguen periodistas en zonas de peligro. En la reconquista de Mosul han muerto tres reporteros franceses. ¡Qué diferencia! Sus reportajes quedan atrapados por la red y sepultados en una vorágine de informaciones. Sus reportajes no venden más diarios, y la noticia de su muerte pasa desapercibida.