Artur Mas dice sobre el trato del PDeCAT a su mano derecha Germà Gordó, que fue «tan necesario como injusto» y lo entiende por la excepcionalidad del momento político.
Si lo entiendo bien, la idea es que en estos momentos pueden ser necesarias las injusticias.
Llegará un momento, cuando seamos una República, en que la injusticia ya no será necesaria.
Carles Puigdemont debe compartir esta idea al insistir en un referéndum de autodeterminación sabiendo que el Constitucional lo ha declarado injusto en una resolución que tiene paralelo con las dictadas por semejantes tribunales de Italia y Alemania, o en la negativa de la Comisión de Venecia del Parlamento Europeo de apoyar un referéndum no pactado y sin amparo de la Constitución.
En fin, un poco de injusticia es la llave necesaria para abrir la cerradura de la puerta. Después ya no habrá más injusticias, en la República feliz.