Niñas vendidas y obligadas a casarse

Cinco personas, tres hombres y dos mujeres miembros de dos familias, han sido detenidas por concertar matrimonios forzados con sus hijas, menores de edad, a las que vendieron.

La policía averiguó que las dos hermanas mayores, de 14 y 15 años, habían contraído matrimonio recientemente y que la pequeña, de tan solo 12 años, estaba siendo preparada para su casamiento. Las dos menores que ya se habían casado fueron obligadas a hacerlo, percibiendo sus padres por ello 7.000 euros. Una vez casadas, abandonaron la escuela y su entorno familiar, desplazándose a vivir con sus nuevas familias políticas, donde realizaban tareas domésticas hasta que alcanzaban la edad mínima legal para obtener un trabajo.

Se trata de una noticia real que no ha ocurrido en un rincón recóndito y mísero de África o de Asia, sino aquí, en la próspera y primermundista España. Las niñas vivían en Badajoz y fueron vendidas a hombres de Ciudad Real. El juez ha retirado a los padres la patria potestad de las menores, que han quedado bajo la custodia de la Consejería de Bienestar Social de la Junta de Castilla-La Mancha y han sido trasladadas a un centro de menores.

Pero, ¿qué clase de padres son capaces de vender a sus hijas y permitir que las conviertan en esclavas, bien sexuales, bien laborales? Porque eso es lo que esperaba a estas niñas si no hubiera intervenido la policía. ¡Por Dios!