No aprendemos

Confianza. Sorprende que no seamos más exigentes con la información que nos dan sobre los pros y contras de cualquier producto o proyecto que nos quieran vender

13 octubre 2017 07:08 | Actualizado a 13 octubre 2017 07:09
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Las medias verdades a menudo son tan contraproducentes como las mentiras. Y en el camino hacia una Catalunya independiente faltaba mucha concreción, especialmente de los peajes que el proceso comportaría, evidentes en el ámbito económico. Aunque hay quien interpreta que detrás del cambio de domicilio de determinadas empresas hay una intencionalidad política, cosa que no niego, también lo es que es lógico que ante la posibilidad que el presidente de la Generalitat declarase unilateralmente la independencia el pasado martes, hubiera quien prefiriera evitar un periodo de inestabilidad, que esperar a que la tormenta amainase. 

La lección es que las cosas nunca son blanco o negro. Ni es cierto que la independencia sea la panacea a todos nuestros problemas ni que en el caso de producirse fuera una hecatombe. Temporalmente, mientras se negociase con la comunidad internacional un nuevo status quo sí tendría consecuencias a corto plazo. 

Entre tanto ruido y tras tantos fiascos como los vividos en los últimos años en el ámbito financiero (como el escándalo de las preferentes o la salida a Bolsa de Bankia), sorprende que no seamos más exigentes con la información que nos dan sobre los pros y contras de cualquier producto o proyecto que nos quieran vender. Y después, cuando empieza a circular la idea de que es hora de tener dinero en efectivo en casa o la despensa llena, todos a correr y a buscar el consejo de algun familiar, amigo o consejero para saber si realmente la cosa es para tanto. 

No aprendemos. 

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