La gran manifestación de Barcelona –la mayor registrada en Europa– dice mucho de la solidaridad que hay en Catalunya con los refugiados y ha sido un clamor contra la clase política, que cuando ve un obstáculo se esconde en vez de afrontarlo.
No todos son igualmente responsables, aunque Barcelona culpe a Madrid y Madrid a Bruselas. Si hubiera verdaderos deseos de acoger se encontraría la fórmula.
Es cierto que la Generalitat no lo tiene fácil por falta de competencias, pero ha sido la sociedad civil y no ella la que clama contra esta falta de eficacia. El máximo responsable es Rajoy, que no mueve un dedo fiel a su estructura mental de no hacer nada y aplazar los problemas.
La UE se ha mostrado sumamente inútil, pero países como Alemania, Suecia, Italia y Grecia han sido infinitamente más solidarios que España en esta crisis de refugiados. Ya no hay excusas para mirar a otra parte.