No somos tontos

Estoy convencido de que los políticos (no sé si todos, pero algunos sí) se piensan que los ciudadanos somos tontos. Desde la óptica del poder nos subestiman y creen que pueden engañarnos como a chinos. Pero están equivocados. No hace falta ser demasiado listo para darse cuenta de que cuando se acercan unas elecciones -da igual que sean municipales, autonómicas o generales- se multiplican las obras de reforma de calles, carreteras e infraestructuras diversas y a los que nos gobiernan les entra una fiebre repentina por inaugurar todo lo habido y por haber. La Ley de Régimen Electoral fue reformada en 2011 dejando claro que «desde la convocatoria de las elecciones y hasta la celebración de las mismas queda prohibido cualquier acto organizado o financiado, directa o indirectamente, por los poderes públicos que contenga alusiones a las realizaciones o a los logros obtenidos». Algunos políticos parece que desconocen esta Ley y todavía siguen organizando, en plenas campañas electorales, actos para hacer bien visible sus logros. Como la visita -casualidades de la vida, seis días antes de las elecciones generales del pasado 20 de diciembre- que el alcalde de Reus, Carles Pellicer; el entonces conseller de Territori, Santi Vila; y el ex delegado del Govern de la Generalitat en Tarragona, Joaquim Nin, hicieron a una reforma de la carretera de Misericòrdia (en Reus) que llevaba ya varias semanas acabada. La Junta Electoral de Zona propone para estos tres políticos una multa que, aunque recurran y no acaben pagando, hace evidente los ciudadanos no somos tontos.