No te vayas todavía

Siete de cada diez jóvenes siente un vivo interés por la política, según un sondeo

19 mayo 2017 22:44 | Actualizado a 22 mayo 2017 18:17
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No es habitual ver a una esfinge tirando de un carrito lleno de documentos camino de la Audiencia. La hierática imagen de la juez Alaya se nos ha hecho familiar a todos, viéndola entrar y salir, sin decir ni mu. ¿Habla doña Mercedes? No lo sabemos, ya que ella no nos ha hecho la merced de dirigirnos una sola palabra, pero su ausencia será una pérdida difícilmente reparable para los telediarios que no siempre nos meten en casa a la gente que procuramos evitar en la calle. Si el Poder Judicial aprueba un plan de refuerzo, van a alejar a la magistrada de la instrucción de las duraderas macrocausas. Ella ha pedido seguir hasta acabar con todos, incluso con los casos clínicos, pero su petición no ha sido atendida. Muchos le hemos pedido que no se vaya todavía, pero tendremos que resignarnos a que de aquí en adelante sólo brille por su ausencia. Ignoramos si además de una gran trabajadora, esta hermosa señora era una oradora. Va a coincidir su eclipse con la aparición de los nuevos astros políticos que ahora estamos votando para el futuro de 13 autonomías y 8.122 municipios.

Aunque haya casi ocho millones de indecisos, también ellos van a decidir o habrán decidido ya, mientras escribo, a primeras horas de la tarde del domingo, lo que todos sabremos cuando esa tarde caiga, sin lastimarse en la caida. Se nos ha dicho que los jóvenes desconfían de la política y no se ven representados en los llamados partidos convencionales. Quizá de lo que desconfíen sea del modelo social imperante, que es corto de mangas en la misma proporción que es largo de mangantes. Una de las encuestas más fiables asegura que siete de cada diez jóvenes siente un vivo interés por la política, ya que no desea morirse de hambre o de aburrimiento. Algo empezará a aclararse. Por lo menos los caminos a seguir, aunque sean senderos que se bifurcan entre pactos y más pactos. Y sin la juez Alaya, que también tenía predisposición a cambiar las cosas.

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