Oír o mejor escuchar

Escuchar supone callarse, un callarse que va más allá del no decir nada

19 mayo 2017 23:28 | Actualizado a 22 mayo 2017 21:43
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AEscuchar es mucho más que oír. Escuchar no es lo mismo que oír: Los oídos captan voces, ideas, razonamientos, el contenido de una idea. la lógica de un argumento. Escuchar, en cambio, implica utilizar oídos, ojos y corazón para detectar intención, emoción y sentimientos del hablante. Escuchar es un verbo que hace referencia a la acción de poner atención en algo, que es captado por el sentido auditivo. La palabra que proviene del latín, ascultare, indica que la persona apela a las facultades de su oído para oír lo dicho.

Hay tres maneras diferentes mediante las que podemos recibir lo que los demás nos están comunicando: La escucha positiva, la escucha negativa y la escucha pura. La negativa ocurre cuando escuchamos a través del filtro del aburrimiento, el desinterés, la anulación, el fastidio, la arrogancia, el enfado o la frustración. La escucha positiva lleva la marca del interés, el entusiasmo, la excitación, la aprobación y la ratificación. Estamos constantemente validando o invalidando lo que los demás dicen y hacen. Por ejemplo, cuando pensamos: “ Estoy absolutamente de acuerdo” estamos confirmando la interpretación o la opinión de alguien. O cuando pensamos “Que absurdo Eso es una exageración” nuestro desacuerdo es evidente. La escucha pura es una cualidad de ser que podemos llevar a todas nuestras interacciones. Consiste en oír sin interferencias. No añadimos ni quitamos nada a lo que está siendo comunicado. Recibimos las cosas como son. Cuando escuchamos con este grado de pureza, lo hacemos desde la nada. Somos como un espejo claro, recibiendo exactamente lo que se está comunicando, nada más … y nada menos.

Una auténtica actitud de escuchar estimula la comunicación. El objetivo final del auténtico escuchar es comprender y ver el mundo tal como lo ve y lo comprende la persona que habla.

Prejuzgar, que es juzgar por adelantado, evita el riesgo de tener que aceptar algún nuevo hecho o idea que implique cambiar de opinión. Escuchar, en cambio, significa acepar a las personas tal como piensan y son. Y muy importante para escuchar con propiedad es admitir que los demás también piensan que tienen razón.

Escuchar supones callarse, un callarse que va más allá del no decir nada, porque implica estar atento con todo nuestro ser.

Uno de los ámbitos donde el escuchar debería ser más notorio es en el de la política.

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