Palos en las ruedas

Los palos en las ruedas se ponen hasta en la familia, por envidia, por poder, por egoísmo...

19 mayo 2017 23:20 | Actualizado a 22 mayo 2017 21:31
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Esta expresión popular desgraciadamente se está generalizando, porque es una realidad, aunque la mencionemos muy a la ligera, como sin importancia y ya aceptándola, como aceptamos tantas cosas porque parecen ya normales.

En política nacional, si hacemos un recorrido desde el momento actual retrocediendo en el tiempo, nos encontramos lo más reciente, el cerco mediático al actual presidente de la Comunidad de Madrid, una persona no demagógica, buen gestor en su trabajo, que aplica con criterio lo mejor para los madrileños, aun en desacuerdo con ciertas acciones del gobierno, aunque sea de su formación política. A alguien o a algunos no les interesa y le han puesto palos en las ruedas hasta el punto que se ha decidido que no sea candidato. Ahora se puede reflexionar ante la calidad de ciertas personas, las cuales deben tener poca conciencia.

Al mismo Pedro Sánchez, elegido en primarias, también le han puesto y le ponen dificultades para ser el líder definitivo del PSOE que opte en las generales a ser presidente del Gobierno.

Ruiz Gallardón, por desear realizar el proyecto, de la ley del aborto incluido en el programa electoral y tantas veces defendido, cuando se estaba en la oposición, por iniciativas y consejos de algunos se le ponen muchos obstáculos, hasta que por dignidad y clase dimite, el fariseo que lo haya mediatizado entrará en el pozo de las víboras.

En la época de Zapatero, se quitaron de en medio a varios políticos como Jordi Sevilla porque a lo mejor sí que le aconsejaban la realidad de la crisis, cuando otros le adulaban sus ocurrencias más peregrinas y así terminó todo.

Retrocediendo en este campo, recordemos cómo ganó las primarias Borrell, una persona preparadísima, y el candidato fue el Sr. Almunia. El Sr. Redondo Terreros, uno de nuestros mejores políticos, de raza le venía, por realizar consenso por el bien del País Vasco, le retiraron de servicio para encumbrar a otro.

María San Gil, Santiago Abascal, Ortega Lara, Basagoiti, Mayor Oreja también sufrieron este modo de retirarles, porque siendo fieles a sus principios no interesaban porque se podían perder votos, todo mediatizado por el gurú de su partido y por la cobardía de muchos compañeros.

Álejo Vidal Quadras, líder en su partido en Cataluña, con sus virtudes y sombras, lo vendieron, no sé si por treinta monedas en beneficio del que ha resultado el líder de la corrupción en Cataluña, aunque fuera el muy honorable Barrionuevo, un gran ministro sucumbió y fue chivo expiatorio de aquellos sucesos, que todos recordamos y mejor olvidar, por el bien de la democracia.

Pero, que parece usual en política, ocurre a nivel de empresas privadas. Puede haber una persona que conoce la empresa desde abajo, con su vida consagrada a ella, como si fuera suya, que cuando haya promoción, le tienen algunos directivos vetado, o por egoísmo, pues el medio centro que da los goles, pero no se pone la medalla de meterlos, o porque le dicen que es blando con el personal, pues para ser gerente hay que ser duro y no tener ética si hay que echar a gente, a veces porque es la solución facilita.

Se dan también los casos de que los que quieren subir rápido emplean a sus señoras, para que haciendo amistad con la señora del jefe pueda quizás influir, pues al fin y al cabo comparten el lecho y dependiendo de la señora del jefe puede influir en él.

Otros para encumbrarse emplean la antigua política de pasillos, de adular a los jefes, nunca han ejecutado nada importante, pero tienen buen carisma, simpáticos y les ponen a gestionar.

Tenemos los ejemplos de las Cajas y más concretamente Bankia; ponen a un señor bien parecido, con prepotencia, con chulería y provoca con una decisión el tema de las tarjetas black, que tanto está dando que hablar con razón.

Casos de empresas muy importantes en la dictadura se las cargan olímpicamente, poniendo palos en las ruedas a sus presidentes, entre políticos y topos de la propia empresa, como fue el caso de Explosivos Río Tinto. La empresa desapareció y provocó una crisis dura en sus empleados para salir adelante, pero convenía políticamente, luego más tarde el Sr. De la Rosa, fue a prisión, pero ya está, no pasa nada.

Si volvemos a la política internacional, el caso J. F. Kennedy. Separando su vida privada, que puede gustar o no, fue un político valiente que se enfrentó a Kruchev que amenazaba con los misiles puestos en Cuba, y lo peor es que su vicepresidente Johnson era un mal bicho que estaba enfrentado a él . Lo que pasó fue un enigma que en realidad no se ha descubierto .

Podríamos seguir retrocediendo en la historia hasta el Antiguo Testamento cuando los hermanos de José le venden por veinte monedas a unos ismaelitas como esclavo y se lo llevan a Egipto. Pero en este caso fue un beneficio para el soñador José, que llega a ser el administrador y consejero del faraón.

En fin, los palos en las ruedas se ponen hasta en la familia, por envidia, por poder, por egoísmo, por votos y en definitiva todo esto es efímero, pero no nos damos cuenta. Es mejor pelear que ceder, parece que es mejor destruir, parece que es mejor ir a la moda del progre, aunque esa moda sea repetitiva de un pasado y como él sea obsoleta y pasada de moda.

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