Un payés de mi pueblo iba con su perro a la finca y se topó con la Guardia Civil. Se había prohibido que anduvieran perros sueltos, así que pidieron explicaciones al buen hombre, que pretendió convencerles inútilmente de que el perro no tenía nada que ver con él, incluso lo apartaba con alguna patada, pero el can le seguía fielmente.
Algo parecido les ocurre a los líderes cuando no reconocen a su familia política. Pedro Sánchez, al ver las condenas por los ERE, dice que aquel era otro PSOE y no tiene nada que ver con él.
En JxCAT sucede lo mismo cuando reniegan de Convergència. ¿El peix al cove? ¿El 3 por ciento? ¿Andorra? No saben quién era Pujol. Pantalla pasada, un perro que apartan con el pie. El mejor amigo del hombre… hasta que lo niegan.