Patrimonio

Esta semana en Tarragona ha habido un acontecimiento de gran trascendencia para el patrimonio cultural de la ciudad. El viernes se presentó en el Seminari el Catàleg del Fons Musical de l’Arxiu Capitular de la Catedral, que –con el apoyo de Repsol– ha sido inventariado y digitalizado y es accesible en internet. Según mosén Manuel Maria Fuentes, director del Arxiu Històric Arxidiocesà, cada día entran en su web 200 personas de todo el mundo. Ahora podrán consultar también las 1.422 partituras, el 70% de las cuales son obra de los maestros de capilla y organistas que tuvo la Catedral desde el s. XVII hasta antes de la Guerra Civil. Maestro de capilla de una Catedral como la de Tarragona, ya se lo imaginan, no lo puede ser cualquiera. Se trataba, y se trata, de músicos de primera línea. Baste decir que hoy esta responsabilidad recae en mosén Miquel Barbarà. Que las piezas que compusieron están a la altura de lo que es y representa la Seu Primada lo pudimos comprobar quienes tuvimos el placer de escuchar ese día, por primera vez 300 años después de que las compusiera, dos obras de Antoni Milà, maestro de capilla de 1770 a 1789. Si los discursos de presentación del inventario estuvieron cuajados de historia y erudición, la música los superó con creces. Así, la labor de los musicólogos Francesc Bonastre, Josep M. Gregori y Montserrat Canela, responsables de la clasificación y digitalización, un trabajo de hormiguita, en la sombra, alcanzó toda la luminosidad. Mireia Tarragó, Laura Morlà, Gisela Ruiz, Anna Enfedaque, Luis Cojal y Josep M. Salisi, los músicos que las interpretaron, demostraron con su arte que este valioso fondo musical no se ha desempolvado solo para tenerlo colgado en la red: hay que tocarlo, disfrutarlo y difundirlo. Es también historia viva y patrimonio de Tarragona. Es nuestro.