Patrimonio histórico tras la crisis

Tarragona ha vivido los últimos meses una de las situaciones más difíciles desde el regreso de la democracia. El coronavirus ha golpeado nuestras vidas de una manera que jamás habríamos imaginado y, mientras poco a poco recuperamos la normalidad, tenemos una certeza: a partir de ahora nada volverá a ser igual. El periodo de confinamiento y las medidas vinculadas al Estado de Alarma han supuesto daños colaterales para muchos sectores, entre ellos el del comercio, el del turismo y el de la cultura. 

A nivel de patrimonio no ha sido diferente. A la ya deficiente situación del patrimonio en nuestra ciudad se ha sumado el cierre de los museos, lo que para un sector que cuenta con su mayor número de visitantes a partir de los meses de marzo y abril, está suponiendo un golpe económico de dimensiones todavía incalculables.

No obstante, en todo momento de cambio, y este lo es, tenemos la oportunidad como sociedad de tomar decisiones que nos permitan coger impulso e iniciar una recuperación económica que no deje atrás a nadie. La respuesta a la Gran Recesión de 2008 se demostró como una concatenación de errores que dejaron en el camino a muchas familias y empresas. Ahora, para hacer frente a la crisis del coronavirus el camino ha de ser diferente. Hemos de invertir en creación de empleo de calidad, en los autónomos y en el pequeño comercio; hemos de invertir en la sanidad y educación públicas y, por supuesto, hemos de invertir en cultura y patrimonio.

Desde que llegué a la Consellería de Patrimoni en junio de 2019 he tenido una cosa clara: invertir en patrimonio no es solo «arreglar cuatro piedras». Invertir en patrimonio es apostar por la educación y el conocimiento, es apostar por la ciencia y la investigación y es apostar por un crecimiento económico sostenible. Por tanto, ahora si cabe más que nunca, invertir en patrimonio es invertir en recuperación económica. 

Por todo ello, las actuaciones a nivel de patrimonio no pueden detenerse. Los trabajos de refuerzo del muro perimetral del anfiteatro serán el punto de partida del trabajo que llevaremos a cabo durante 2020. Reabrir el anfiteatro, al que durante el año 2019 visitaron alrededor de 200.000 personas, es una prioridad y se hará cuando podamos garantizar al cien por cien la seguridad de las personas. Seguir invirtiendo en la muralla, la construcción arquitectónica romana más antigua conservada fuera de Italia es otra de nuestras prioridades. Se debe poner en valor su pasado diacrónico y su importancia en la construcción histórica de Tarragona. 

Pero no solo estos dos grandes monumentos serán los protagonistas. Acabar las obras de la Plaça Sedassos, mejorar las condiciones de conservación de la Torre del Pretorio, invertir en una musealización de los recintos que nos permita explicar con claridad el pasado de nuestra ciudad a los visitantes y apostar por la investigación y la generación de conocimiento, son solo algunos retos más de los que tenemos por delante y que nos servirán para situar a Tarragona como referencia en la gestión del patrimonio en el ámbito Mediterráneo.

Todo ello, como decía unas líneas más arriba, lo debemos conseguir contando con todos y sin dejar atrás a nadie. Esto quiere decir dos cosas: debemos poner en valor y dignificar la labor de los trabajadores del Museo de Historia, y debemos escuchar a los expertos, que tenemos muchos y muy buenos en Tarragona. 
De esta crisis tenemos que salir fortalecidos y lo haremos. Este gobierno municipal está demostrando que está a la altura de las circunstancias y, sobre todo, que está por y para la gente de Tarragona. En el ámbito del patrimonio no será diferente y, junto con la inversión en otros sectores fundamentales como los servicios sociales, el comercio, el turismo, la cultura y el urbanismo sostenible entre otros, Tarragona saldrá de esta crisis más fuerte que nunca.

Hermán Pinedo es conseller de Patrimoni de l'Ajuntament de Tarragona