Paul Claudel en la fiesta de hoy

En la noche de Navidad de 1886 Paul Claudel, un joven de 18 años, experimentó en Notre Dame una certidumbre que le llevó a abrazar la fe católica. Fue ante una imagen de la Virgen y el Niño asentada sobre una columna, ante la que se detienen hoy muchos visitantes de la catedral parisina salvada del fuego.

Con perdón de los temas de actualidad, cabe recordar en la fiesta de hoy unas palabras del escritor francés, una oración sencilla que suena así en su idioma original: «Mère de Jésus-Christ je ne viens pas prier. Je n’ai rien à vous dire, rien à vous demander; Je viens savoir, Mère, que vous êtes là».

«Madre de Jesucristo, no vengo a rezar. No tengo nada que deciros, nada que pediros; vengo para saber, Madre, que vos estáis ahí».