Cuando el recordado Maties Palau Ferré contaba el ambiente artístico de París no exageraba. En Montparnasse, Montmartre, Saint-Germain-des-Prés, las paredes de las casas habían visto pasar a Matisse, Modigliani, Van Gogh, Gauguin, Picasso, Casas, Rusiñol, Dalí, y Xavier Valls, cuyo hijo, Manuel Valls, no se dedicó a la pintura, sino a la política y es hoy el primer ministro de Francia.
El Museo Picasso de Barcelona ha anunciado una exposición sobre la relación entre Picasso y Dalí, que se inició cuando el ampurdanés visitó al malagueño en su estudio parisino en 1926. Les unió el arte tanto como les separó todo lo demás. Sobre todo la política.
Picasso pintó el Gernika y Dalí llegó a decir: «Franco es la persona que más amo después de mi esposa». Aunque la frase antológica daliniana reza: «Picasso es pintor. Yo también. Picasso es español. Yo también. Picasso es comunista. Yo tampoco».