Pisos vacíos y dejados

04 diciembre 2020 09:20 | Actualizado a 04 diciembre 2020 09:44
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Parece que cuando ocurre un suceso desgraciado aún tengamos que alegrarnos porque «pudo haber sido peor». Es lo que ocurrió el domingo en un edificio de tres plantas de Bonavista, cuando el tejado se derrumbó y las tres familias que vivían en el bloque tuvieron que ser desalojadas de sus casas. Sí, hay que dar gracias porque, afortunadamente, no hubo que lamentar daños personales. Al menos, físicos, porque los vecinos se sienten desolados.

Haríamos mal si contempláramos este suceso como un hecho aislado, en lugar de verlo como un síntoma de una realidad realmente preocupante. Los arquitectos llevan tiempo lanzando voces de alerta por el deplorable estado de muchas viviendas de Tarragona. Y los moradores de numerosos edificios se quejan amargamente, también desde hace tiempo, de la dejadez de muchos propietarios, a veces grandes bancos e inmobiliarias, que mantienen sus pisos vacíos y que se pasan por el arco de triunfo muchas de sus obligaciones, como mantener en buenas condiciones los inmuebles y contribuir a los gastos de la comunidad. Esta actitud incide en el deterioro de algunos elementos, al no poder hacer frente los vecinos que viven en esos portales, muchos de ellos con dificultades económicas, al desembolso que requieren ciertas reparaciones.

No es de recibo que quienes exigen puntualmente el pago de la hipoteca den tan mal ejemplo. Sobre todo, porque de su actuación puede depender la vida de personas. Lo del domingo fue un aviso que exige una respuesta inmediata para que no tengamos que lamentar una tragedia cualquier día. Porque sí, llegará un día en que la fortuna nos dará la espalda y «lo que pudo haber pasado», pasará.

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