Plaça de la Font Vs. Font del Centenari

Marcamos hasta de penalti

Habría que haberte visto en ese primer cuarto de hora en Vallecas. Un 2-0 en contra y temblando como un flan –Dhul, claro–. Luego ganasteis por los pelos y, atención, fuisteis líderes durante un par de horas. Confórmate con eso, con esas migajas. Después sonó el despertador, el de la siesta del sábado, y se acabó vuestro sueño para volver a la cruda realidad del tercer puesto –el mismo que repetiréis en la Champions– y del vecino que os supera. En el Barça, en cambio, todo es fiesta, éxtasis y atracón, un sutil homenaje a Manolo Escobar y a su célebre Goles son amores, pura televisión noventera. Tan inspirados estamos en ataque  –14 goles en dos partidos– que incluso marcamos de penalti, la más difícil de las artes este año para el Barça. No deberías quitarle mérito a los tres goles de pena máxima contra el Sporting. La MSNquiso demostrar que está tan bien que marca incluso así, con lo fácil que era para ellos hacerlo de chilena desde fuera del área o con un gol olímpico.- Raúl Cosano

El Dioni es un aprendiz de culé

Me cuenta un culé que el otro día estuvo en una manifestación y cada vez que escuchaba al cabecilla soplar un silbato pensaba que había penalti a favor del Barcelona. Otro se tropezó con una baldosa mal puesta en la acera y en vez de quejarse al Ayuntamiento envió una carta al comité de árbitros diciendo que le habían entrado por detrás y que era penalti y expulsión como un piano. Es lo que tiene que te piten 19 penas máximas a favor en 35 jornadas de Liga. Es un escándalo. Los jugadores del Sporting se fueron a casa con la sensación de que el robo del furgón del Dioni era una broma al lado del que sufrieron ellos en el Camp Nou. Más que el Barcelona sois el Robalona. Pero vale, ya tenéis a Luis Suárez pichichi. Ya podéis celebrar algo esta temporada. Conformaos con eso, que de la Champions nos encargamos nosotros. Hoy toca partido grande en Manchester. De esos para ver con batín de seda, una copa de coñac y fumando en pipa. Vosotros nunca os habéis quitado el pijama.- Javier Díaz