Privilegios entre rejas

Pues al final resulta que va a ser verdad que dentro de una cárcel también hay diferencia de clases

19 mayo 2017 22:32 | Actualizado a 22 mayo 2017 18:00
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Pues al final resulta que va a ser verdad que dentro de una cárcel también hay diferencia de clases, y eso de que a todos los reclusos se les trata de igual manera es un invento que nos quieren hacer creer para que nos quedemos tranquilos sobre el buen funcionamiento del Estado de derecho. Los funcionarios de la prisión de Alcalá de Guadaíra empiezan a estar hartos de tener que tratar con ciertos privilegios, al menos eso es lo que -de manera anónima- han denunciado en el diario El Mundo, a Isabel Pantoja, quien cumple una pena de 24 meses de cárcel por blanqueo de capitales. Cuentan los funcionarios que se sienten cohibidos y presionados por la dirección cada vez que intentan obligar a la tonadillera a cumplir las normas que rigen para el resto de reclusas. Desayunos en el economato, en un lugar vedado a las presas, acompañada de la directora del centro; poder entrar en la prisión con más bultos de los permitidos después de un permiso; quejas por la manera en que le registran la ropa, etc. La lista de presuntos tratos de favor hacia la ex pareja de Julián Muñoz parece ser larga, lo que ha provocado un cierto clima de tensión entre el resto de reclusas, que ya no ven a la Pantoja con los mismos buenos ojos que cuando entró en la cárcel hace unos meses.

La dirección del centro penitenciario, como es lógico, niega tajantemente todas estas acusaciones, a pesar de que los funcionarios insisten en que son ciertas. Unas acusaciones que refuerzan esa vieja idea, convertida en tópico entre muchos ciudadanos, de que no todos somos iguales ante la Justicia.

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