¡Qué error, qué inmenso error!

Sánchez tendrá que lidiar ahora con una derecha al alza y lo que es peor, con la extrema derecha como la gran vencedora con un inusitado crecimiento de votos que no auguraban ni las más optimistas horquillas de los sondeos.

 

11 noviembre 2019 19:00 | Actualizado a 11 noviembre 2019 19:12
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Todo lo que pronosticaban las encuestas se ha cumplido con creces. La convocatoria anticipada de elecciones no sólo no ha servido para despejar el panorama de cara a la formación de gobierno, sino que ha dibujado un escenario todavía peor. Si Pedro Sánchez fue incapaz de configurar unos acuerdos que le permitieran gobernar con el reparto de diputados que ofrecieron las elecciones de abril, la dificultad se multiplica tras el recuento de votos del 10-N. El PSOE gana, pero debilitado. La soñada mayoría inapelable ha quedado a lo lejos. Por contra, Sánchez tendrá que lidiar ahora con una derecha al alza y lo que es peor, con la extrema derecha como la gran vencedora con un inusitado crecimiento de votos que no auguraban ni las más optimistas horquillas de los sondeos.

El tremendo auge de Vox dispara todas las alarmas en el PP. De hecho ya se pusieron en guardia ante la insistente tendencia de todas las encuestas. La amenaza por la derecha de Santiago Abascal maniata la posibilidad de que el PP ensaye la gran coalición con el PSOE con el argumento patriótico de evitar una tercera convocatoria electoral. Sería tanto como dejar vía libre a Voz para que ocupara el predominio de la derecha. Por ello, si las izquierda suman menos que antes; si las derechas tampoco llegan, y los independentistas están inhabilitados como bisagras por la situación tensa que se vive en Catalunya, volvemos a estar en un callejón sin salida. Tampoco varía el equilibrio de fuerzas en Catalunya, la irrupción de la CUP ha pasado factura a ERC, pero sin amenazar su hegemonía. Para completar el desastre sólo queda citar a Ciudadanos. El partido de Rivera ha cosechado el mayor descalabro de la democracia reciente. Si Sánchez se equivocó al convocar elecciones, Rivera erró al abandonar su papel central como partido bisagra por su exceso de ambición que le hizo pensar que podía dar el sorpasso al PP. De aquellos polvos de políticos menores vinieron estos lodos en los que está embarrada la gobernabilidad en España. Y que no se les ocurra convocar nuevas elecciones.

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