¿Qué quiere ser Ciudadanos?

En un debate reciente, polemicé con los contertulios sobre la capacidad de supervivencia de Ciudadanos, organización muy venida a menos por los garrafales errores de Albert Rivera, su impulsor y también el causante de su caída. Y la respuesta no es simple: de un lado, habrá que ver si el proyecto tenía cohesión suficiente para mantener la masa crítica mínima que le permita intentar una recuperación.

Pero, de otro lado, cualquier tentativa fracasará si la cúpula de Ciudadanos, con Inés Arrimadas a su cabeza, no aclara rápidamente qué quieren ser de mayores los cuadros que todavía permanecen. Porque Ciudadanos consiguió un ascenso espectacular mientras se mantuvo en posición centrista, expresivamente reseñada en sus estatutos que lo definían como liberal y socialdemócrata, es decir, dispuesto para completar mayorías de centro-derecha o de centro-izquierda. Pero el desmoronamiento de la formación naranja ya fue imparable en cuanto Albert Rivera eliminó el término socialdemócrata de su frontispicio y quiso, ingenuamente, convertirse en el Partido Popular.

En definitiva hay que saber, y cuanto antes, si Ciudadanos vuelve a ser un partido bisagra o se conforma con ser la muleta de los populares o del Partido Socialista.

Como bisagra, puede tener opciones de supervivencia; en el otro caso, es muy probable que los electores en sus citas con las urnas prefieran siempre la versión genuina a la copia como ya ha pasado con otras formaciones.