Reducir derechos ciudadanos

España sigue siendo uno de los países con más debilidades ante el islamismo radical

19 mayo 2017 23:37 | Actualizado a 22 mayo 2017 11:33
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Este año 2015, ha empezado con bastantes dificultades para el futuro de los derechos de los ciudadanos en Europa, España y Catalunya. No podemos olvidar que el atentado contra una revista satírica en París, efectuado por el terrorismo islamista, no es otra cosa que la pretensión de silenciar la libertad de expresión sobre aspectos religiosos, que no deberían estar sometidos a crítica o burla, según los criminales que han cometido dichos asesinatos.

Pero también se han cometido asesinatos, por la misma influencia intelectual e idéntico terrorismo, en una tienda judía en París, que nada tiene que ver con el humor y la crítica excesiva o descarnada a las creencias religiosas. Por tanto, habrá que ir pensando en los objetivos finales de la coordinación de dichos asesinatos en la capital de Francia. Y, a todo ello, habrá que añadir los crímenes que se vienen cometiendo, desde hace ya algunos años, contra los cristianos y sus iglesias y escuelas, en diversos países en los que los radicales islamistas cuentan con ejércitos paralelos, con los que van imponiendo el terror, la muerte y su dominio violento.

España ha sido y sigue siendo uno de los países europeos, que por su historia y su geografía tiene debilidades notorias para enfrentarse al islamismo radical y violento. Y si, además, en su interior, las principales fuerzas políticas y sociales no son capaces de entender y asumir una fuerte unidad, para evitar caer en la trampa en la que ya estamos instalados desde marzo de 2004; entonces el futuro de este país, tendrá una reducción importante de los derechos ciudadanos. Ya sea por la seguridad que se pretenderá conseguir, por las luchas políticas derivadas del miedo a los radicales islamistas, o por el oportunismo para conseguir votos entre adversarios; el resultado no será otro que el desarrollo de una realidad social y cultural, con una fuerte tendencia a la perdida de intereses generales, con una utilización de la lucha contra el terrorismo, que tendrá graves efectos negativos en el conjunto de la ciudadanía.

Por último, en Catalunya, deberíamos añadir la cuestión del independentismo planteado por dos fuerzas políticas importantes, como CDC y ERC. Una fuerza política que mira hacia las derechas y otra mirando hacia las izquierdas, pero con un objetivo común de romper España y conseguir la independencia. Por tanto, los ciudadanos que no participemos de dicho objetivo común, deberemos tomar consciencia de que dichas fuerzas políticas, en su denominado proceso de transición nacional, no tendrán ninguna limitación o problema que les impida seguir en su llamada hoja de ruta, para conseguir sus objetivos finales.

Y ello, aunque conlleve que los ciudadanos tengamos que ver reducidos cuantos derechos ostentamos ya en la actualidad, por el mero hecho de ser catalanes, españoles y europeos; ya que, en su caso, dejaríamos de ser españoles y europeos. Habrá que ir pidiendo explicaciones a CDC y ERC, a partir de ahora, acerca de cuáles son las verdaderas causas de su hoja de ruta, hacia la tierra prometida de la independencia de Catalunya. Porque si no quieren o no pueden explicarlo, podríamos llegar a pensar que no hay otro motivo que el ejercicio del poder; y la mejor defensa de los intereses de unas pocas docenas de familias.

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