Reflexionando sobre la abstención

Poco hincapié se ha realizado sobre la elevada abstención en las elecciones catalanas, la de mayor relieve en los últimos tiempos 

22 febrero 2021 11:20 | Actualizado a 22 febrero 2021 11:41
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Llevamos días ya con los posibles e hipotéticos pactos para formar gobierno con respecto a las elecciones realizadas el domingo 14 de febrero.

Sin embargo poco hincapié se ha realizado sobre la elevada abstención, la de mayor relieve en los últimos tiempos. Los posibles escenarios, llenos de pactos que no van a satisfacer a nadie, reduce a la nada lo que es de una gran significación: casi la mitad de los llamados a las urnas ‘pasó literalmente’, como coloquialmente dirían los jóvenes, de ir a celebrar la fiesta de la democracia.

¿Por qué?

Desde un punto de Ciencia política, se podría empezar indicando que las diferentes convocatorias a las urnas no son tenidas en cuenta de la misma manera por los electores, cuando los comicios son para escoger un gobierno nacional, autonómico o local.

La abstención en estas elecciones, tal como pronosticaba la encuesta flash publicada por el CIS, ya hacia presagiar que una de las características de las mismas, seria la abstención. Y así ha sucedido.

Esta abstención, en Ciencia Política, es denominada abstención diferencial. Ello quiere decir que mientras en unos comicios generales la votación es mayor, en las autonómicas se abstienen. Incluso votando al mismo partido. Las causas que llevan al electorado a ello son varias. Podemos indicar que es una forma de «castigo» del electorado y la que le resulta más cómoda al mismo, puesto que no tiene que realizar ninguna reflexión sobre el proceder en la gestión del gobierno de los últimos 4 años, ni valorarlo, ni pensar si debe o no mantener su fidelidad con respecto al voto emitido en las elecciones anteriores. Tal como indica Pedro Riera en un articulo publicado en la Revista de Estudios Políticos, ‘La abstención diferencial en Cataluña y el País Vasco’, (2011).

Casi la mitad de los llamados a las urnas ‘pasó literalmente’ de ir a celebrar la fiesta de la democracia 

Tal vez, ello podría ser extrapolable, por ejemplo, a la sangría que ha sufrido C’S con respecto a PSC. Pese a que seria muy superficial achacar a dos o tres variables el hecho de una bajada tan considerable de votos y escaños, estas tres situaciones pasadas, como son, el hecho de no formar gobierno en el 2017, así como la salida del partido de su líder, Albert Rivera, y la marcha a la política nacional de Inés Arrimadas, son situaciones que han dejado al electorado catalán abocado a un cambio de rumbo en el voto.

La polarización es otra causa. Si eres de centro te abstienes. Aquí el ejemplo lo tenemos con el sorpasso de PP a VOX, en el espectro del denominado «constitucionalismo de derechas». Y, en el denominado «espectro independentista», el resultado del PDeCAT deja fagocitado el centro catalán.

Sin embargo, queda claro que beneficia el mantenimiento de los bloques a ciertos partidos ¿Quién gana? Los extremos se imponen. La subida de Vox por un lado del tablero político y, por el otro contrario, la CUP. Ambos afianzan y mantienen la polarización presente en la sociedad. Polarización que le viene de fábula a Pedro Sanchez en Madrid. Manera muy sutil de socavar a la oposición sin tener que hacer nada.

Volviendo a las encuestas para poder analizar el comportamiento del voto diferencial en las mismas, extrayendo ciertas preguntas de la encuesta realizada por el Centre d’estudis d’opinó para estas elecciones, a la pregunta de valores políticos ¿usted se siente más español que catalán? El ítem que aglutina el 39% de la respuesta fue para los que dicen sentirse «tan catalán como español» la moderación se impone en esta pregunta de valoración política. Y ¿qué partido representa esta moderación? A ojos del votante un 46% no lo tiene nada claro.

Siguiendo con las preguntas de valoración política, a la pregunta ¿quiere que Catalunya sea un estado independiente? El sí representó el 44,5% y el no el 47,7%.

El análisis deja en evidencia que la población percibe un estancamiento con respecto al tema que divide a la sociedad catalana, pero no ve peligrar su futuro.

Y de ahí que, tal vez, una de las causas de la abstención diferencial se deba a la intuición del ciudadano a acudir a las urnas de una manera frecuente. Los resultados y los escenarios parecen premonitorios a que así sea.

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