¿Regeneración política?

En Salou hemos tenidos a los actores necesarios para el transfuguismo

19 mayo 2017 23:30 | Actualizado a 22 mayo 2017 11:39
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Es lícito que en un momento de la legislatura un concejal decida, por las razones que crea oportunas, abandonar su cargo, pero no lo es que decida abandonar su grupo municipal y pretenda mantenerse en el cargo traicionando a los compañeros de su propio grupo y a aquellos vecinos que en su día depositaron su confianza en el proyecto político con el que concurrió a las elecciones. Si a eso le añadimos que el concejal en cuestión pacte con otras fuerzas políticas para mantener la mayoría gobernante y además sea premiado por ello, nos encontramos con el estereotipo de lo que en política llamamos tránsfuga.

Para que esa situación se pueda producir son necesarios dos actores: el propio tránsfuga y aquellos que, beneficiados por dicho acto, le apoyan y premian.

Por desgracia durante este mandato electoral esa práctica tan rechazada por la sociedad civil y la clase política me ha tocado vivirla en mis propias carnes, y en Salou hemos tenidos a los actores necesarios para que un episodio de transfuguismo tuviese lugar.

Cuando la regidora Reyes Pino abandonó el Grupo Municipal Popular desde el PP le exigimos que devolviese su credencial de concejal y lo que nos encontramos por respuesta ante dicho acto de traición y deslealtad fue su negativa y la recompensa política por parte de CIU y el Sr. Granados, que desobedeciendo todos los principios éticos que debieran imperar en política, la premiaron nombrándola 3.ª teniente alcalde del Ayuntamiento y asignándole nuevas competencias, con el único objetivo de mantenerse en el cargo, al precio que fuese.

7 meses después la Sra. Pino, en una maniobra medida, decide hacer algo que debiera haber hecho en su momento: devolver su credencial de regidora y abandonar su cargo, manifestando que su objetivo es presentarse a las próximas municipales bajo las siglas de otra formación «para regenerar la política de Salou».

Eso nos permitirá «recuperar» nuestro cuarto concejal, aquél que votaron los salouenses y que una persona decidió quitarles. Y nos congratulamos de ello, por que como dice el refranero español «más vale tarde que nunca», pero lo que no vamos a permitir es que aquellas personas que han hecho posible que en Salou se viviese un episodio de transfuguismo político nos den lecciones de regeneración política. Aquellos que han sido actores de una práctica tan deleznable no están legitimados éticamente para enarbolar la bandera de la regeneración.

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