Resurge otro velocista

Parece que al británico Mark Cavendish, vencedor de dos de las cuatro etapas celebradas del actual Tour, y, el eslovaco Peter Sagan, que se adjudicó una también de poca trascendencia, les surgió ayer una estrella en discordia: el germano Marcel Kittel, que pudo ganar en última instancia por escasos centímetros, frente al francés Bryan Coquard, que llevaba intentándolo esos días sin suerte. Está visto que los ciclistas más representativos del gran pelotón no tienen por ahora otro objetivo que dejar pasar el tiempo a la espera de etapas de más importancia intrínseca: las denominadas de alta montaña, que nos aguardan en los contrafuertes pirenaicos y posteriormente en los confines de los Alpes. Las cuatro etapas disputadas han tenido un perfil fácil: asequibles, sin obstáculos dignos de mención, que son los ingredientes necesarios que provocan la selectividad entre los participantes. En estas condiciones es una temeridad el avivar la contienda que no nos lleva a ninguna parte bajo en una configuración que no ofrece dureza. Aguardamos, pues, con cierta impaciencia las anunciadas etapas de montaña que se avecinan.