Retos virales mortales

La noticia es terrible y apela a la reflexión. Una niña italiana de 10 años ha muerto por asfixia tras colocarse un cinturón de albornoz alrededor de su cuello y atarlo a un radiador mientras participaba en un reto de la red social Tik Tok, conocido como «blackout challenge» (desafío de desmayo), en el que se debe aguantar la respiración y gana el que resista más tiempo. Terrible, sí, sobre todo porque no es un caso aislado.

Los retos virales en las redes sociales se han puesto de moda entre niños y adolescentes que, atrapados por la dictadura del like, buscan sentirse aceptados por los demás sin pensar en el peligro en que ponen sus vidas. Y es que entre los retos más famosos se hallan algunos como ‘la ballena azul’, que consiste en ir superando pruebas cada vez más peligrosas hasta llegar a la prueba final, el suicidio del joven participante; o el Benadryl Challenge, en el que los usuarios deben grabarse tomando la mayor cantidad posible de pastillas y esperar a que hagan efecto para comentar o demostrar frente a la cámara qué tipo de alucinaciones están experimentando; o el ‘rompebocas’, en el que una persona se acerca a la ‘víctima’ por detrás, la envuelve por los tobillos con una bufanda u otra prenda de ropa y tira para que se caiga de frente mientras un tercero lo graba todo con el móvil para subirlo a las redes sociales; o lamer tapas de wáter… La lista es tan larga como peligrosa.

¿Qué hemos hecho mal para que nuestros adolescentes estén buscando fórmulas para poner en peligro su vida a cambio de un ‘me gusta’? Seguramente, muchas cosas; muchas cosas muy importantes. Como visualizar y con ello promover estos retos tan tremendamente estúpidos.