Reus, rosa de los vientos

Reus no debe participar de esta Catalunya ensimismada, que sólo mira su ombligo

19 mayo 2017 21:48 | Actualizado a 22 mayo 2017 13:01
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En el último pleno del Ayuntamiento de Reus los grupos municipales de Ciutadans y Ara Reus preguntamos al gobierno local por qué no se ha implantado la ‘Targeta Ciutat’ impulsada por la Unió de Botiguers de Reus, teniendo en cuenta que es una medida aprobada en un pleno anterior y que ya tiene dotación presupuestaria. La respuesta fue que se estaba a la espera de un estudio de la URV y de una iniciativa del Departament d’Empresa i Ocupació y de la Confederació de Comerç de Catalunya (CCC), para implantar una tarjeta similar.

En principio, parecían motivos razonables, ya que hay que evitar la duplicidad de medidas con un mismo fin. Sin embargo, cuando hicimos averiguaciones sobre esta tarjeta, vimos que se llama ‘Compradors pel país’ y analizamos sus condiciones de uso, entre las cuales se encuentra la exaltación del llamado «producto de proximidad». Entonces la cosa dejó de parecernos razonable. Vamos por partes. La tarjeta propuesta por la UBR resulta mucho más dinámica, puesto que permite cambiar los puntos acumulados en cualquier establecimiento adherido, e incluso, por determinados servicios del Ayuntamiento, mientras que la tarjeta de la CCC sólo permite canjearlos en el establecimiento donde se hayan acumulado. Pero lo más grave a nuestro parecer es que lo que debería ser una iniciativa para dinamizar el comercio e incentivar el consumo se convierte, una vez más, en una iniciativa pretendidamente patriótica de Convergencia.

A la primera tarjeta accedería con gusto cualquier visitante asiduo de Reus, sea un turista de Zaragoza o de Valladolid. ¿Sucedería lo mismo con la segunda? ¿Qué obligación tiene de fer país un señor de Barbastro o de Madrid? Pero ¿no se dan cuenta de que esto es un arma de doble filo? ¿No ven que, si todos los españoles optan por el producto de proximidad, Cataluña pierde su mercado natural? Las balanzas comerciales con el resto del mundo dan un déficit para Cataluña de 16.000 millones de euros.

Con el resto de España dan un superávit de 18.000 millones. Vendemos mucho más a Aragón que a Francia. No contentos con tratar al resto de nuestros compatriotas de ladrones, ahora sugirámosles que nosotros preferimos nuestros propios productos porque hemos de hacer país. ¿Estamos locos?

Reus no debe participar de esta Catalunya ensimismada, que sólo mira su ombligo. Reus ha sido siempre una ciudad emprendedora, abierta al mundo, y debe seguir siéndolo. Si su emblema es una rosa, abrámosla a todos los horizontes, convirtámosla en la rosa de los vientos.

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