Cuando vino al Diari, en el año 2000, Rosa Díez era aquella socialista indomable a la que ETA había intentado asesinar enviándole una carta bomba que por un fallo no estalló en sus manos. Era la aguerrida militante del PSOE que disputaba a José Bono y Rodríguez Zapatero la secretaría general del partido.
Al perder no se quedó con los brazos cruzados. En 2007 fundó UPyD (Unión, Progreso y Democracia), que al año siguiente llegó a tener un millón de votos. Su consigna era regenerar desde el centro la vida política española, y su verbo excesivamente brusco y arisco, como única Juana de Arco de la política.
Su personalismo le ha pasado factura, con abandonos de sus colaboradores y con su error fatal de no querer pactar con Ciudadanos, de Albert Rivera. Al fin, Rosa Díez se ha dado de baja del partido que ella misma fundó y ha pedido para él «un final digno». Sic transit gloria mundi.