Hijo de trabajadores textiles y filósofo de estudios, Salvador Illa, de 54 años, llegó a ministro de Sanidad por ser miembro muy destacado del PSC y por su tono dialogante, que permitió, entre otras cosas, el pacto con Junts para que los socialistas presidieran la Diputación de Barcelona.
Ahora desde Junts hasta el PP, le critican por dejar el Ministerio en plena pandemia. ¡Curiosamente son los mismos que pedían su cese! Es lo que tiene la oposición.
Supongo que como titular de Sanidad habrá cometido muchos errores, pero hay algo que me gusta de él: su tono, su cualidad de rehuir la confrontación, la descalificación y el insulto; a la vez que manifiesta serenidad y buena educación.
Hoy en política resulta excepcional ser una personal normal.