Seguir viviendo en el Delta

El Delta de l\'Ebre tiene unos 40.000 habitantes que quieren seguir viviendo allí

19 mayo 2017 23:19 | Actualizado a 22 mayo 2017 21:31
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El Delta de l’Ebre tiene unos 40.000 habitantes que quieren seguir viviendo allí. Mientras que este espacio natural es muy frágil, su gente ha sido tradicionalmente todo lo contrario, herencia de los pioneros que se establecieron y salieron adelante en un entorno difícil, dedicados al cultivo del arroz o a la extracción de los recursos del río y el mar.

Habitualmente hablamos en el Diari sobre las amenazas que se ciernen sobre el Delta, las tierras del cual se hunden poco a poco mientras avanza la amenaza de la subida del nivel del mar. Precisamente estos días se dan cita en el campus de la Universitat Rovira i Virgili (URV)en Tortosa expertos internacionales en cambio climático, para analizar la evolución de este fenómeno global, que tiene el Delta una «hot area» o lugar especialmente amenazado. El anfitrión es el Centre del Canvi Climàtic (C3), con sede en Tortosa.

Otro proyecto vital de investigación es el Life Ebro Ambiclim, que está estudiando la evolución de la subsidencia (hundimiento del terreno) en el Delta y las posibles acciones para evitar este fenómeno y también mitigar los posibles efectos del cambio climático.

Hay que celebrar esta apuesta decidida a nivel científico e institucional por prever escenarios en los que el territorio no querrá verse, e intentar actuar con antelación para intentar mitigarlos. Porque no pueden llegar a desaparecer bajo las aguas del Mediterráneo espacios tan especiales como las dunas de Riumar, la isla de Buda o la Punta de la Banya. Los pioneros del Delta de l’Ebre no nos lo perdonarían.

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