Seis muertos por asta de toro

¿Tiene sentido que se mantengan estas celebraciones mortales?

19 mayo 2017 22:02 | Actualizado a 22 mayo 2017 14:28
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

La polémica sobre las corridas de toros se mantiene intacta. San Sebastián ha recuperado su tradición tauromáquica tras la salida del Bildu del gobierno municipal, pero otras localidades con gobiernos radicales anuncian nuevas restricciones. Los partidarios de la fiesta de los toros argumentan tradiciones seculares y la defensa de una determinada estética nacionalista, en tanto que sus adversarios aducen el sufrimiento del animal, sin la menor piedad y con público atento a los pormenores del ajusticiamiento. Con toda probabilidad, el debate continuará bastante tiempo, antes de que el declive de la fiesta se vuelva irreversible (hay pocas dudas sobre la evidencia de que las corridas de toros van contra el curso de la sociedad y de la historia).

Sin embargo, hay otro elemento del problema que es urgente abordar: desde principios de julio, han muerto ya seis personas en España alcanzadas por toros bravos en los encierros y demás festejos populares taurinos que se celebran en numerosas localidades.

La pregunta es obvia: ¿tiene sentido que se mantengan estas celebraciones mortales, mucho más onerosas desde el punto de vista de la vida humana que las corridas convencionales, en las que es muy rara la muerte de un torero? ¿Es razonable que para que la muchedumbre se divierta en festejos de dudoso gusto haya que pagar este absurdo tributo en vidas?

Comentarios
Multimedia Diari