Simplemente, cotilleos

En los cotilleros existe una forma de castigo inconsciente de quien se critica, así como un alivio

19 mayo 2017 22:05 | Actualizado a 22 mayo 2017 14:25
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

¿Es buena idea hablar mal de otros entre amigos? No estoy seguro. Lo extraño es el irresistible atractivo que ejerce en la mayoría de nosotros, a menos que seamos santos o sabios. ¿Cómo explicarlo? ¿Cómo es posible que despellejar a los demás, en su ausencia, aunque con suavidad pueda representar una actividad divertida y atractiva? En general, se critica con más facilidad a las personas que nos irritan o nos superan (otra manera de irritarnos).

Así pues, creo, que en los cotilleros existe una forma de castigo inconsciente de quien se critica. Y también un desahogo, un alivio: en la mayor parte de las ocasiones evocamos todo lo que no habíamos osado decirle en la cara.

Yo tomé hace tiempo, la decisión de no criticar a los ausentes, en cuanto alguien empieza a hacerlo e intenta arrastrarme a la conversación, me niego a seguir y les digo: O reflexionamos sobre la manera en que se podría decir a la cara, o no me interesa y la verdad es, que no siempre, consigo frenar algún que otro cotilleo, que unas veces se gana y otras se aprende, pero nunca se pierde, en estos casos. Pues pienso que es mejor que te rechacen por ser sincero, a que te acepten por ser un hipócrita. En unos tiempos en los que las adversidades se multiplican y todo cuesta mucho más esfuerzo, se tiene que saber navegar, con trabajo, esperanza y lucidez en media de la tormenta cotidiana.

Tengo muy presente que los mentirosos nunca cambian, solo mejoran su estrategia, en consecuencia, criticar a otro, sin la certeza de la verdad, es mentir. Hay un dicho que compara la vida y la escuela y es muy interesante: En la escuela primero aprendemos una lección y luego nos ponen la prueba. Y en la vida, primero tenemos una prueba y luego fruto de ella aprendemos la lección.

La raza humana tiene un arma con tres filos, que deberíamos usar con más frecuencia, que es la sinceridad, la verdad y el respeto.

Comentarios
Multimedia Diari