Solidarios frente a irresponsables

Aunque nos recomendaron no hacerlo porque sería malo para todos y a pesar de que estábamos en una situación crítica, como tantas veces repitieron, nos permitieron hacerlo. ¿Y qué cabía esperar? Pues eso, que muchos lo hicieron. Salieron durante las Navidades a ver a familiares y allegados, colapsaron carreteras para ir a ver la nieve y algunos, incluso, se juntaron por decenas e incluso centenares en fiestas sin fin, sin mascarilla y sin el mínimo sentido común. Estos días hemos visto numerosos ejemplos de gente incapaz de sacrificar una fiesta aun sabiendo que su comportamiento puede resultar fatal para todos, ellos incluidos.

Sí, hemos hablado mucho de irresponsables, pero poco se ha dicho de toda esa gente –quiero pensar que es mayoría– que nos hemos quedado en casa, que nos hemos conformado con ver y hablar con nuestros familiares a través de una pantalla con la esperanza de vernos y celebrar cuando se pueda, todos –e insisto en lo de todos, que no falte ni uno– juntos, cuando podamos darnos todos esos abrazos que tenemos contenidos durante tanto tiempo. Es cierto, la gran mayoría de la gente ha sido responsable, aunque mucho me temo que todos, solidarios y egoístas, pagaremos en las próximas semanas los desmanes de unos pocos. Los hospitales ya lo están notando.