Tarragona: Semana Santa 2015

Serenidad, respeto, silencio y recogimiento de la Semana Santa deben preservarse

19 mayo 2017 23:10 | Actualizado a 22 mayo 2017 21:17
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Un año más la Semana Santa acelera el pulso de la ciudad con un sinfín de actos que van más allá de la Cuaresma y el Triduo Pascual y se prolongan durante todo el tiempo del año litúrgico, si bien la mayoría se centran en estos días santos. La agenda de actos que coordina la Agrupació d’Associacions de Setmana Santa de Tarragona y organizan las hermandades, cofradías y la propia Agrupación incluye desde mesas redondas, congreso de cofradías, presentación de opúsculos, conciertos, vía crucis, procesiones y oficios, hasta conferencias, sermones, concursos de dibujo, fotografía o narrativa, exposiciones y un largo etcétera.

Pero este año solo faltaba que la Semana Santa fuera escenario de precampaña electoral debido a la proximidad de los comicios municipales; supongo que es inevitable que los candidatos de los diversos partidos políticos acudan a la presentación de opúsculos, procesiones, vía crucis y oficios, aprovechando la ocasión que les brinda el escaparate de la Semana Santa.

Nuestra Semana Santa ostenta connotaciones e identidad propia, serenidad, respeto, silencio y recogimiento que deben preservarse y aquí se plantean ciertos debates entre la religiosidad y el posible ‘foclore’, principalmente en los desfiles procesionales.

Es conocido el auge de las bandas de tambores que de forma exponencial han ido creciendo año tras año hasta el punto que cada cofradía o hermandad dispone de una que acompaña a cada misterio o paso, cuyos componentes en muchos casos rozan la tierna infancia, no sé si debiera ponerse coto, sobre todo en el número de participantes, y aquí se produce el primer desencuentro entre los que consideran que éste es un aliciente válido para la iniciación de los más jóvenes a la participación, o los que opinan que esas bandas excesivamente numerosas y ruidosas rompen el silencio, se superponen y forman parte de un ‘foclore’ exento de religiosidad.

Otra discrepancia se observa entre partidarios y detractores de los encuentros de misterios o pasos con las repetidas reverencias que algunos tachan de baile; así años atrás en la Plaza del Rey, una vez finalizada la procesión del Santo Entierro, se producía un emotivo encuentro entre la Soledad y el Santo Sepulcro, que puede considerarse foclorista pero que en el fondo estaba lleno de sentido y contenido religioso, actualmente ya no se celebra, solo el Gremi de Pagesos de Sant Llorenç i Sant Isidre efectúa el encuentro entre la Piedad y el Santo Sepulcro en la solemne Processó dels Dolors que precede al Vía Crucis en la iglesia de Sant Llorenç, y que concentra a numerosísimos fieles y publico contemplando impávidos el encuentro de los misterios bajo un silencio sepulcral solo roto por el sonido de las cajas chinas y el redoble del tambor que marca las reverencias.

Esto es solo una muestra de algunas discrepancias entre los que opinan que los actos de la Semana Santa debieran ser eminentemente religiosos y exentos de toda manifestación festiva, o quienes piensan que más allá de la religiosidad, la tradición y la dimensión de este acontecimiento universal (la muerte y resurrección de Jesús) trascienden al hecho religioso.

En realidad la Semana Santa es de todos, creyentes o no, solo es exigible respeto y seriedad de cuantos participan en ella o la presencian, es así como se ha ganado la admiración y prestigio de cuantos nos visitan en estos días.

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