Tarragona, la ciudad turística escasa de servicios

Tarragona debe ofrecer al visitante los más elementales servicios públicos de los que ahora carece como son los wc

 

12 julio 2019 11:28 | Actualizado a 12 julio 2019 11:31
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Un indicador infalible sobre el grado de civilidad de una ciudad es su oferta de lavabos públicos. En el caso de Tarragona no hay más que echar un vistazo por cualquier calle o plaza, por muy céntricas y concurridas que sean, para darse cuenta del atraso que tenemos en esta materia. El problema se agrava de manera especial durante el verano con la presencia de turistas. Tarragona no ofrece al visitante un servicio cómodo, digno y de fácil acceso para resolver las necesidades fisiológicas más perentorias. Todo aquel que se ve sorprendido por alguna premura de la naturaleza debe recorrer al auxilio de bares y restaurantes, establecimientos que no tienen ninguna obligación en este sentido que alcance más allá de sus clientes. Pese a ello, los establecimientos de hostelería permiten el uso de sus servicios a todas las personas aunque no sean clientes. El problema se hace ingestionable cuando la necesidad se masifica, caso de la llegada de los cruceros. Es evidente que si Tarragona quiere dar la talla como ciudad turística acogedora debe abordar este elemental pero crucial problema de manera eficiente. Experiencias las hay para tomar una decisión acertada. El propio Ayuntamiento ha protagonizado varias fórmulas, por lo que ya tiene antecedentes para optar por el sistema más eficaz y conveniente. 
Tejer una red global de servicios públicos atendidos de forma permanente para garantizar su buen uso e higiene es insostenible. Tampoco sería necesario todo el año. Por ello, el sistema más razonable es el alemán. Las administraciones bonifican de algún modo a los establecimientos que se adhieren a la cadena de oferta de servicios públicos. El propietario se ve recompensado y al mismo tiempo se garantiza la vigilancia, la limpieza y el mantenimiento del servicio durante todo el año. Tarragona ya aplica este método en los servicios de los chiringuitos de la playa de la Arrabassada. Su nivel de mantenimiento, sin ser ningún prodigio, es notablemente mejor que el de las cabinas portátiles. Puede ser un punto de partida.

 

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