Tarragona y los canes

19 mayo 2017 23:19 | Actualizado a 22 mayo 2017 21:31
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De todos es sabido que el perro es el mejor amigo del hombre. Pero no todos los hombres son buenos amigos de sus perros. Eso también lo sabemos. Ahora se trata de remediar el tema de que cuando un perro ‘suelta’ algo en las aceras o en medio de la Rambla o en un parterre, su dueño debe hacerse cargo de envolverlo bien y echarlo a la papelera que tenga más cercana, o bien llevárselo a su casa, como prefiera. Que no se diga que obligas a alguien a dejarlo donde tú quieras.

En cuanto a lo que van dejando por las fachadas de las casas, en las esquinas, o en las ruedas de los coches, es otro cantar; ahí queda hasta que llueva o, con mucha suerte, cuando pasan a regar las calles, la manguera limpia un poco la zona, pero nada más. Y para cuando van un poco ‘flojos’, si no han tenido la precaución de llevar serrín (esto ya es mucho pedir), también queda ahí el regalito para que los paseantes distraídos metan su pie.

Expongo todo esto porque he visto con mis propios ojos como después de dejar en una papelera los residuos del perro, se ha acercado un anciano a buscar, supongo que algún resto de comida. Me entra un escalofrío al recordarlo. También los niños cuando juegan en los parterres de la Rambla o Roger de Llúria pueden encontrarse con algo nada apetecible.

Por qué las plantas no prosperan? Pues porque son regadas con líquidos nocivos como los pipis de perros. Igual pasa en el césped de la plaza Verdaguer, donde por cierto juegan también muchos niños.

Dicen que lo que no mata engorda, pero creo que se debe procurar una mayor limpieza en estos temas y concienciar a los ciudadanos con mascota que cumplan con sus obligaciones. Las multas no resuelven mucha cosa. Es la educación.

M.ª Elisa Aragonés Domènech

(Tarragona)

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