Tiempos de entrenamiento

El «desierto» que ahora estamos pasando, para mí, es un lugar de aprendizaje y crecimiento

24 junio 2020 11:10 | Actualizado a 24 junio 2020 11:35
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Muchas personas no han podido pasar a un nuevo nivel, por el coronavirus ya que no han podido superar el proceso de la enfermedad. Esa gente, probablemente, siempre habían logrado las cosas que se habían propuesto en la vida, después de un proceso de formación que se requería para dar el salto, hasta el puesto o lugar que querían llegar.

Ya que, desde el momento en que nace un sueño hasta el tiempo de su cumplimiento, habrá un proceso, un tiempo de preparación-entrenamiento. Muchos, quizás, no alcanzaron a ver totalmente su sueño cumplido, porque no han sabido prepararse a no han sabido sacarle ventaja a este tiempo de preparación, de entrenamiento y de oportunidad.

Una persona que no ha atravesado el período de preparación suele cometer muchos errores que podría haber evitado si se hubiesen preparado. El gran problema de muchos e incluso de los «gobiernos o instituciones» es que los cargos de liderazgo y de autoridad están ocupados por personas que han sido enviadas, votadas y propuestas a cumplir tal o cual misión-función, pero no se han instruido-formado para desarrollarlas. En consecuencia, una vez ocupan esos lugares, no solo se frustran, sino que comenten muchas equivocaciones, que afectan a los demás.

Prepararse-entrenarse y más en estos tiempos, no es únicamente estudiar para obtener un título académico que avale la función a desarrollar, sino ser capaz de comprender que, en medio de ese proceso de entrenamiento, de espera, de formación todos atravesamos diferentes períodos, momentos y estados de emoción y de presión. En resumen, que siempre hay un momento que todos atravesamos alguna vez: «el desierto». En ese desierto, no hay nadie que te ayude, tu dinero no sirve, las fuerzas no te sirven, solamente estás a solas con el proceso y el tiempo que te toca pasar. Sin embargo, cualquiera que sea el «desierto»: financiero, personal, familiar debes de saber que ese tiempo se va a terminar, no es para siempre.

Cuando determinas en medio de tu «desierto», en medio de ese tiempo donde parece que todo se ha cerrado, que nadie está en el lugar que debiera estar (esto está sucediendo hoy) ponte de pie y establece tu dominio propio, ya que ese tiempo es vital y momentáneo.

El «desierto» que ahora estamos pasando, para mí, es un lugar de entrenamiento, aprendizaje y crecimiento. Simplemente, debemos de evitar la queja. Muchos en este «desierto» se desesperan y comienzan a quejarse, sin saber que la queja los puede «anclar» en el lugar donde están. Hay gente que se queda varada a mitad del camino porque han perdido las fuerzas en la queja, sin darse cuenta de que ésta le limita y le impide avanzar. El hecho es que vivimos inmersos en una cultura de la queja. Nuestra sociedad trata de resolver los problemas a través de la queja, olvidando que la queja nos arraiga más al problema y nos detiene en el mismo lugar. La queja es un problema del alma, según mi modesta forma de ver.

Hay personas que en todo y en todo encuentran un motivo para quejarse, ya sea de la pareja, del hijo, del jefe, del país y en estos momentos de la grave situación, que estamos viviendo… Pero cuando uno se queja, lo que está haciendo es transmitir al otro que alguien tiene que resolver el problema, cuando el problema lo tenemos que resolver nosotros con nuestra valentía y con nuestro saber hacer.

Por eso la queja es mala, porque coloca el conflicto en el afuera y nos desliga de toda responsabilidad. Echar la culpa de lo que yo siento a otro es dar autoridad emocional al otro sobre mí. En cambio, si cambiamos la forma de ver las cosas, dejamos de quejarnos y nos enfocamos en nuestro crecimiento y entrenamiento y en nuestra preparación a los momentos actuales, seremos capaces de resolver los conflictos, saldremos del «desierto» y nos acercaremos a la meta actual prevista. Nuestra actitud positiva o negativa afectará o impulsará nuestros proyectos. Nuestra actitud nos sanará o nos enfermará.

¿Qué podemos hacer en ese tiempo de espera, en ese proceso de adaptación, además de prepararnos para el nuevo nivel de vida que nos espera? Es la relación y la comunicación. Eliminar de nuestra mente toda creencia que no funcione y reemplazarla por decisiones que sí funcionen. Hay ideas que ayer funcionaron bien para nosotros, pero que hoy no sirven.

En este tiempo de adaptación, tenemos que ver el cuadro completo y ver la meta más cerca, no nos detengamos en el tiempo de espera, en ese tiempo del «desierto», si resistimos llegaremos y resolveremos los problemas. Aunque hoy estemos viviendo la tormenta, el «zoom» de la realidad no lo podemos perder de vista.

Resiste y descansa ¡siéntate! Cuando estés cansado, siéntate, y si los demás te preguntan ¿Qué estás haciendo? ¿Por qué no estás haciendo nada? Tú descansa y proyecta.

Debemos de renovarnos más rápido de lo que nos desgastamos, tenemos el ejemplo del avión: ¿Qué hace el avión antes de despegar? Lo presurizan. ¿Qué es presurizar? Si al avión no se le pone presión interior, cuando este levanta el vuelo, la presión exterior lo aplasta; entonces, como no se puede cambiar la presión exterior, le ponen una presión interior proporcional a la presión exterior, para que la presión de dentro resista la presión de fuera.

Si somos capaces de soportar y atravesar el tiempo de entrenamiento y preparación, estaremos listos para lo mejor, para nuestro ascenso, para nuestra promoción, para salir adelante de esta difícil situación actual.

La vida no es sino una continua sucesión de problemas y oportunidades para sobrevivir. Al igual que lo que embellece el «desierto» es que en alguna parte esconde un pozo de agua. Esta situación la tenemos que superar sí o sí, cueste lo que cueste, pero con sensatez, esfuerzo, pasión sin dejar de entrenarnos cada día. Todos nuestros sueños pueden convertirse en realidad si tenemos el coraje de perseguirlos, no lo dudemos.

Comentarios
Multimedia Diari