Triatlón, un deporte curioso

El triatlón surgió por una apuesta entre marines norteamericanos

19 mayo 2017 21:54 | Actualizado a 22 mayo 2017 12:56
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El triatlón es un deporte individual y de resistencia que reúne tres disciplinas deportivas, siendo por tanto tripartito: natación, ciclismo y carrera a pie. Es un deporte duro que vivió su momento más importante al convertirse en deporte olímpico en los Juegos de la Olimpiada de Sidney en el año 2000. Curiosamente, según algunos, parece que el triatlón empezó por una apuesta entre marines norteamericanos en el año 1978, en la isla de Hawai, para dilucidar que deporte y por tanto, que deportista sería el más resistente y completo en su conjunto: un nadador, un atleta o un ciclista, que daría origen al actual Ironman de Hawai. Se trata de tres deportes duros conjuntados, que dan como resultado un severo entrenamiento para poder superar exitosamente las exigentes condiciones de las pruebas, no solo físicas sino también psicológicas.

Históricamente, se inicia esta práctica en el año 1974, cuando se realizó en San Diego, California, la denominada Mission Bay Triathlon, que tenía un orden inverso al actual (carrera a pie, ciclismo y natación). Contó con el patrocinio del San Diego Track Club, donde un grupo de amigos había comenzado a entrenar para la prueba, entre ellos corredores, nadadores y ciclistas. Este fenómeno está bien documentado y no se basa en los eventos franceses, sino una idea propia de sus organizadores, que fue concebida y dirigida por Jack Johnstone y Don Shananah. La primera Mission Bay Triathlon se celebró el 25 de septiembre de 1974 y dio la bienvenida a 46 atletas. Esta fecha es recordada como el día en el que comenzó la andadura del triatlón moderno.

En los Juegos Olímpicos de Sidney del año 2000, se cubrió la distancia olímpica, con los siguientes tiempos: Natación 1.500 metros en 0,9 minutos; Bicicleta 40 kilómetros en 24,9 minutos; y Carrera10 kilómetros en 6,2 minutos.

A nivel nacional, la correspondiente Federación Española, acaba de celebrar una competición en Altafulla, no se sabe muy bien porqué, que se viene reiterando con periodicidad anual. Ello implica una organización muy cuidada que debiera coordinarse con las Policías Locales de Tarragona, Torredembarra y Altafulla, así como con las fuerzas de los Mossos d’Esquadra, habida cuenta de la amplia zona afectada, en una época turística alta.

Sin embargo, lamentablemente, no ha sido así y como en todas las cosas ha habido público aficionado, que ha seguido el evento y público que ha pasado olímpicamente del mismo, valga la redundancia con los Juegos Olímpico de Sidney.

En este tipo de eventos las organizaciones deben velar rigurosamente por los intereses de todos los ciudadanos, los aficionados a estas prácticas y los que no lo son, sin que unos predominen sobre los otros. Se trata simplemente de una cuestión de respeto y, en mi opinión, no se ha conseguido el necesario equilibrio entre ambos.

Las fuerzas del orden no han estado a la altura de las circunstancias y algunas de ellas han brillado por su ausencia en los puntos más conflictivos, en una época –finales del mes de agosto– en la que el tráfico de vehículos por la antigua N-340, ahora de competencia municipal, es muy intensa.

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