Un Rey de otro tiempo

"El mensaje de Felipe VI repitió el sermón habitual de Rajoy, con la diferencia que al presidente del Gobierno lo hemos elegido entre todos en unas elecciones y al Rey no lo ha votado nadie"

04 octubre 2017 11:33 | Actualizado a 04 octubre 2017 11:37
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Desgraciadamente, el discurso del Rey no ha abierto ninguna esperanza de solución al callejón sin salida en que se encuentra el conflicto catalán, más allá de recordarnos la extrema gravedad de la situación y que los poderes del Estado tienen el monopolio de la fuerza para imponer el orden constitucional. Por supuesto, ni una palabra sobre la violencia indiscriminada e injustificable que sufrieron muchos de sus súbditos el 1-O. Un silencio escandaloso justo cuando cientos de miles de catalanes acababan de tomar cívicamente las calles para protestar por las salvajadas perpetradas por la Guardia Civil y la Policía Nacional el 1-O. Sus agentes están sufriendo estos días escraches igualmente condenables.

El mensaje de Felipe VI repitió el sermón habitual de Rajoy, con la diferencia que al presidente del Gobierno lo hemos elegido entre todos en unas elecciones y al Rey no lo ha votado nadie. El papel que se arrogó ayer el monarca se corresponde a otras épocas felizmente superadas, al menos en el mundo libre. Una autoridad que no ha sido elegida democráticamente no puede dictar cuáles deben ser las respuestas a los problemas legales y políticos del país. Las posibilidades de diálogo están hoy un poco más lejos. Otra puerta se ha cerrado.

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