Un robot afectivo

El bueno de Aikido será una gran ayuda para muchas personas, pero yo, qué quieren que les diga, tradicional como soy, considero que todavía hay cosas que una máquina no puede lograr

26 abril 2021 09:30 | Actualizado a 26 abril 2021 09:42
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La empresa Aisoy Robotics, del parque científico de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, ha creado un robot afectivo basado en la inteligencia artificial para ayudar a sus usuarios a combatir la soledad, exteriorizar sus sentimientos o emociones y mejorar sus habilidades comunicativas. El artilugio se llama Aikido, y cuenta con motores para la expresión corporal, micrófonos, cámara y sensores de tacto con los que buscar una interacción lo más natural posible y, con ello, tratar de mejorar el bienestar emocional del usuario.

Dicen sus creadores que este dispositivo «puede mitigar la sensación de soledad entre las personas mayores y ayudarles a prevenir enfermedades mentales y deterioros cognitivos. Buscamos un compañero que escuche sin emitir juicios de valor. Un buen equilibrio en nuestro estado anímico y nuestra inteligencia emocional nos hace sentir mejor y más alegres y aumenta la capacidad para superar cualquier dificultad y que la pandemia nos ha hecho recordar». Dicen que también será un buen compañero para los niños, que quizá encuentren en este robot un amigo al que confiarle sin temor a una reprimenda lo que pasa por sus cabezas.

Estoy convencido de que el bueno de Aikido será una gran ayuda para muchas personas, pero yo, qué quieren que les diga, tradicional como soy, considero que todavía hay cosas que una máquina, por mucha inteligencia artificial que tenga, no puede lograr. Por eso cuando busco bienestar emocional prefiero el calor del abrazo de una persona. Por cierto, cuánto los echo de menos.

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