Una cogobernanza que no funciona

Resultan difícilmente comprensibles las negativas tajantes o las reticencias del Gobierno a considerar un endurecimiento de los límites a la movilidad ante la nueva escalada vírica y ante la súplica de las comunidades

25 enero 2021 09:00 | Actualizado a 09 marzo 2021 19:54
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

El número de muertes diarias y el incremento de contagios y de pacientes que necesitan hospitalización y que amenazan con colapsar las UCI de toda España parecen haber pillado por sorpresa al Gobierno, a pesar de que se trata de la crónica de una tercera ola insistentemente anunciada por los expertos y los sanitarios. La virulencia de la pandemia tras la permisividad navideña ha vuelto a superar a los gobiernos central y autonómicos. Tanto, que ninguno de ellos parece acertar con las medidas a aplicar para frenar a un virus desbocado que no da tregua.

En este escenario, el Gobierno central, argumentando que las actuales restricciones son suficientes para doblar la curva, ha rechazado de plano tanto por boca del ministro de Sanidad, Salvador Illa, como de la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y la del propio presidente, Pedro Sánchez, la posibilidad de cualquier confinamiento domiciliario puntual, aunque se podría abrir a reconsiderar los horarios del toque de queda a fin de adelantarlos como han pedido ya varias comunidades. Desde el punto de vista sanitario, resultan difícilmente comprensibles las negativas tajantes o las reticencias del Gobierno a considerar un endurecimiento de los límites a la movilidad ante la nueva escalada vírica y ante la súplica de las comunidades, aun cuando éstas hayan de asumir su parte de responsabilidad en la mayor laxitud navideña.

A estas alturas de la pandemia, es un hecho que la cogobernanza no se ha engrasado con la suficiente convicción, con el suficiente compromiso recíproco, ni para anticiparse a los sucesivos desafíos planteados por la Covid ni para ofrecer una respuesta de cooperación automática. España es un Estado compuesto que obliga a buscar fórmulas de concertación no solo por la excepcionalidad que representa el estado de alarma, sino precisamente porque esa medida extraordinaria llama a conjugar el mando único central con los mandos autonómicos. Las discrepancias son ya tan reiteradas que transforman la cogobernanza en un ejercicio que alienta problemas en vez de solventarlos.

Comentarios
Multimedia Diari