Usos y abusos

Mariano Rajoy acabará convirtiendo a Puigdemont y a Mas en mártires o en héroes

25 septiembre 2017 11:05 | Actualizado a 25 septiembre 2017 11:05
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‘N os van a obligar a lo que no queremos llegar», sentenció nerviosamente Rajoy sobre el referéndum, en un juego de palabras que parecían permitir  cualquier abuso. Es como decir «le voy a dar una patada, yo no quería, pero usted me obliga». Es decir, el culpable de las barbaridades que yo hago es siempre el otro. De esta manera se trata de justificar cualquier abuso. Sencillamente, esta argumentación es perversa y no se aguanta. Señor Rajoy, si no quiere llegar a donde ha llegado, conténgase y no lo haga, porque el problema lo tiene usted. Por cierto, tenía que haber llegado a una negociación hace años y no negoció. Usted cumple o no cuando le interesa.

Parece que esto de los abusos, que antes eran más sutiles, se ha convertido ahora en zafia manera de gestionar España. Vamos a poner algunos ejemplos: 

–El artículo 521 bis del Código Penal –que castigaba con cárcel  la organización o colaboración  con un referéndum ilegal– fue derogado en junio del 2005. Hablar de penas de prisión actualmente, no procede y evidencia bien ignorancia bien intención de engaño.

–Los alcaldes no pueden promover el referéndum. Falso, los alcaldes pueden –y deben– opinar sobre el referéndum porque es un sujeto político sobre el que incluso tienen la obligación de opinar.
–No intervendrán las Fuerzas Armadas. Falso, hay tanquetas del Ejército que han sido pintadas de azul, colocándoseles el logotipo de la Policía, para actuar en casos de disturbios. Véase Diario OK del pasado domingo: «El Cuerpo Nacional de Policía (CNP) ya ha pintado de azul marino y rematriculado varios Blindados Medios de Ruedas (BMR) del Ejército […]». 

– Pedro Sánchez acusa a Rajoy de no haber resuelto el problema. La realidad es que el PSOE (Alfonso Guerra en especial) está en el origen del problema que ha llevado al referéndum: los recortes al Estatut. También promovió la Loapa (Felipe González)  y otras medidas que ahogaron a Catalunya, y se puso en ridículo la promesa de Rodríguez Zapatero: «Apoyaré el Estatut que apruebe el Parlament».

–Se acusa a los independentistas de aprobar dos leyes con carácter de urgencia. El PP utilizó el mismo método para aprobar la reforma del Tribunal Constitucional, una reforma que ahora es utilizada contra la Generalitat.

–No se aplicará el artículo 155 que suspende las funciones ejecutivas del Govern, dicen (cada vez menos) voces autorizadas del PP. Falso, el estado de sitio que vive Catalunya va más lejos que la suspensión pura del Govern. Estos usos y abusos conducen a tapar un problema grave que tiene el Gobierno central: Si se impide por la fuerza pública la participación en el referéndum (foto en todos los periódicos del mundo de la Guardia Civil retirando urnas), el Gobierno recibirá una reprimenda internacional de grandes proporciones. Y si permite la participación en el referéndum, habrá perdido la batalla, la autoridad y el poco prestigio que le queda. 

De nuevo, repito dos frases que acuñé semanas atrás: o Rajoy acabará convirtiendo a Puigdemont y Mas en mártires o los convertirá en héroes. Lo tiene más que difícil. Y segunda: «El problema lo tiene Rajoy» en mayor proporción que Puigdemont. Rajoy se mete en la boca del lobo y parece que no hay salida. Será su propia víctima al haber negado empecinadamente la realidad que tenía ante sí. El estado de sitio (asedio a las instituciones del Govern, presencia abusiva de cuerpos armados) está generando más independentismo que nunca. Lanzar búmerans tiene el riesgo de que puedan volver y golpear.

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