Vacunas de Tarragona: Cada día sin inmunizarnos, un día menos de vida plena para todos

Ni el 1% de inmunizados en Catalunya. Hace tres meses que sabemos que estos días llegarían y nos ha pillado otra vez de improviso. Países, como Israel han sabido planificar y han vacunado ya al 20,5 % de su población

13 enero 2021 20:30 | Actualizado a 14 enero 2021 06:21
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Estados Unidos es un sistema que coloca al consumidor en el centro de todas las decisiones; en Asia decide el fabricante, que acaba formando un todo con el estado; y aquí en Europa mandan los funcionarios y los políticos.

Tal vez por eso los europeos hemos correspondido a la hazaña de los científicos al conseguir una vacuna en un año con la actitud propia de quien tiene horario, fiestas, trienios y una rutina que cumplir: ya iremos vacunando cuando toque.

El problema está en que aquí no nos jugamos los turnos de vacaciones o un ascenso, sino la vida de las personas y nuestros economías, empleos, sueldos y futuro. Cada día sin vacunar es un día menos de vida plena para todos.

¿Por qué no estamos inyectándola también por las noches? ¿Por qué no se habilita a más personal para vacunar?

Y un grave peligro, porque las mutaciones del virus pueden ganar a las inmunizaciones en la carrera genética que están librando. Y convertir así las actuales vacunas en inútiles. Si, en cambio, alcanzamos la inmunidad de grupo antes de que el virus alcance la transmisión plena de una nueva mutación, lo habremos vencido.

Hay que darse prisa. Mucha. Y, sin embargo, aquí ni siquiera hemos sido capaces de vacunar a la misma velocidad con que las grandes farmacéuticas facturan las dosis.

¿Por qué no estamos inyectándola también por las noches? ¿Por qué no se habilita a más personal sanitario para vacunar?

Podríamos preparar a estudiantes de medicina o fisioterapeutas o tantos otros colectivos perfectamente preparados para aprender en muy poco tiempo a integrarse en los equipos de vacunación.

Y si existen intereses corporativos que impiden esa habilitación, deberían disciplinarse para que prevalezca nuestro derecho a la vida.

¿Por qué no sé cuándo vacunarán a mi madre en Tarragona? ¿Por qué no nos han dicho aún a todos qué día nos tocaría vacunarnos y dónde si se cumplen los plazos de fabricación?

Los planificadores sanitarios ¿son conscientes de los empleos, empresas y vidas perdidos por cada día que no administran las vacunas que tienen?

¿Son los planificadores sanitarios conscientes de los empleos, empresas y vidas que se pierden por cada día que no administran las vacunas que ya tienen? Hace ya tres meses que sabemos que estos días llegarían y sin embargo les ha pillado otra vez de improviso.

Hay países, como Israel, que sí han sabido planificar y han vacunado ya al 20,5 % de su población; o el Reino Unido, que ya lleva el 4%; o Dinamarca, que ha inmunizado ya al 2% de los daneses.

En Catalunya aún no hemos vacunado ni al 1% de los catalanes, pese a que no se han agotado aún las dosis que hemos recibido.

Igual en Europa

Un triste consuelo a nuestra inepcia está en la de la propia Unión Europea, que ha sabido negociar y distribuir las dosis, pero, al parecer, Francia, que tiene su propio proyecto de vacuna con Sanofi muy retrasado, no tiene la misma prisa que Alemania y otros socios en vacunar a su población.

Los franceses son, además, los más escépticos, incluidos los sanitarios, ante la vacuna por una combinación muy suya de prejuicios y desconfianza ante todo cuanto suene a oficial.

Para entretener la espera y no caer en la indignación ante una administración tan diligente a la hora de cobrarnos impuestos y de exigirnos que nos quedemos en casa y tan poco al procrastinar en sus deberes de vacunación, me consuelo pensando en todo aquello que haré cuando sepa que al fin estoy inmunizado.

Pues básicamente, reflexiono, entrar en los bares, dar clases, volver a la redacción, dar abrazos a la gente y recibirlos sin miedo; también volver a estrechar manos. Y respirar…

Como siempre; como nunca hasta entonces.

Lluís Amiguet es autor y cocreador de 'La Contra' de La Vanguardia desde que se creó en enero de 1998. Comenzó a ejercer como periodista en el Diari en Ser Tarragona.

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