¿Vamos por el buen camino?

19 mayo 2017 20:32 | Actualizado a 22 mayo 2017 07:53
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Se puede alabar el espíritu del cuadro que estos días, después de años de abandono, arrinconamiento y olvido del cuadro ‘El abrazo’ de Juan Genovés, hoy ya en el congreso de los diputados como símbolo pero la verdad real es que los diputados españoles en absoluto están por la labor de llevar a cabo lo que ese cuadro significa en palabras de su autor: «Teníamos una idea fija, la reconciliación de los españoles» hoy empezando por Cataluña y terminando por Andalucía lo que está cundiendo como filosofía política son las letrillas de Góngora:

Ándeme yo caliente

Y ríase la gente.

Traten otros del gobierno

Del mundo y sus monarquías

Mientras gobiernan mis días

Mantequillas y pan tierno

Ándeme yo caliente

Y ríase la gente

El ejemplo de desgobierno, falta de espíritu de diálogo, empecinamiento y ensimismamiento de los políticos españoles es manifiesto y en absoluto han entendido el mensaje que los españoles han dejado en las urnas, no a las mayorías absolutas dado que han empobrecido a la sociedad y que en momento de crisis no se puede creer que uno solo tiene la solución, si se analiza bien lo que los españoles han dicho en las urnas es que no a la mayorías absolutas pero también no a las minorías que con un ridículo porcentaje de votos, por mor de la ley de Hont y la necesidad de gobernar de los que les faltaba un pelín para la mayoría, cedían en cuestiones esenciales, de aquellas votaciones contra natura tenemos hoy los lodos en que estamos enfangados.

Tony Judt considerado el último socialdemócrata serio en su libro ‘Algo va mal’, señaló claramente la pavorosa sensación de orfandad que sintieron las generaciones postindustriales con su relación de sujetos políticos y su relación con sus Estados y la incapacidad de sus políticos para gobernar y los riesgos que para la democracia representan, proyectando la desconfianza en las instituciones como el mal más obvio.

La sociedad española debe exigir, que los políticos abandonen este adanismo político de tirar todo por la borda y empezar de cero para lograr que el hartazgo social se traduzca en un absentismo electoral logrando así que el populismo más ramplón se imponga a la inmensa mayoría.

España es una sociedad envejecida en donde la tasa de retorno demográfico no se cumple y aunque los jóvenes sean el futuro la desesperación no puede privar se tiene que llegar a un equilibro en donde el conocimiento de la historia sirva para no repetir errores fatales como ha acontecido, no hace ni un siglo, en España.

No podemos ignorar los datos evidente se está depauperando la clase media que es esencial en el bocadillo ya que es la que une a éste, las rentas de las clases medias han disminuido un 14% entre el 2007 y el 2013. Ello ha conducido a la pobreza de esta clase según datos de Caritas incluidos los que poseían estudios superiores, que pasaron del 4% al 18% de la población que vive en esas condiciones. Las rentas medias, que eran mayoritarias en la sociedad española, han pasado del 58% al 44% y las bajas, del 22% al 42%.

Esta debacle no se soluciona con el sentimiento de perdidos al rio o recitando las coplillas de Góngora o abrazando las ideas de los políticos populistas de izquierda o de derecha o a los salvadores de la patria que prometen el oro y el moro que ya se sabe a que han conducido a sus países: Hitler, Mao, Perón, Chávez, Ortega, Milosevic, Tudjman, Pol Pot, Idi Amin, Mobutu… es imposible pasar de puntillas ante tantos salvadores y redentores de patrias para caer en lo mismo.

Debemos recuperar el pulso de que la democracia es respeto a la ley y si ésta se ha quedado desfasada con los recursos que ella tiene reformar todo lo que haga falta pero asaltar el Palacio de invierno ya se sabe cuales son las consecuencias, nefastas.

No podemos olvidar que la educación es la primera argamasa de un país, y esa, en nuestro país lleva años dislocada y sin norte y son esas generaciones de la LOGSE y de las seis reformas más las que hoy están llegando a la política y se creen los adanes del mundo.

Marta Nussbaum ya escribió en su libro ‘Sin fines de lucro’, que la educación iba por mal camino y ahora en Colombia al recibir el 10 de diciembre el Doctorado Honoris Causa por parte de la Universidad de Antioquia ha declarado:

«Estamos en medio de una crisis de proporciones masivas y grave importancia mundial. Cambios radicales se están produciendo en lo que las sociedades democráticas enseñan a los jóvenes, y estos cambios no han sido bien pensados. Ansiosas de lucro nacional, las naciones y sus sistemas de educación, están descartando descuidadamente habilidades que son necesarias para mantener vivas las democracias. Si esta tendencia continúa, las naciones de todo el mundo pronto estarán produciendo generaciones de máquinas útiles, en lugar de ciudadanos completos que puedan pensar por sí mismos, criticar la tradición y entender el significado de los sufrimientos y logros de otra persona. ¿Cuáles son estos cambios radicales? Las humanidades y las artes están siendo eliminadas, tanto en la educación primaria/secundaria como en la técnica/universitaria, en prácticamente todas las naciones del mundo, vistas por los responsables políticos como adornos inútiles, en momentos en que las naciones deben cortar todas las cosas inútiles con el fin de mantener su competitividad en el mercado global, éstas están perdiendo rápidamente su lugar en los planes de estudio y también en las mentes y corazones de padres y niños. De hecho, lo que podríamos llamar aspectos humanísticos de la ciencia y las ciencias sociales – el aspecto creativo imaginativo y el aspecto del pensamiento crítico riguroso – también están perdiendo terreno, debido a que las naciones prefieren perseguir beneficios a corto plazo cultivando habilidades útiles y altamente aplicables, adaptadas a fines lucrativos».

Reflexionemos si vamos por buen camino.

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